Por: Querien Vangal Abril / 2010 De repente, Querien o no, la cuestión homosexual adquirió dimensiones gigantes, tanto que han desbordado todos los esquemas tradicionales bajo los cuales se manejaba. Por. Family Research Council. Al reconocer las uniones entre personas del mismo sexo como "matrimonios" ante la ley, se ha provocado que la sociedad en general se hable de ellos como algo normal, socialmente aceptable y moral. ¿Estarías de acuerdo que a tus hijos desde maternal les enseñen y les hagan aceptar a las parejas gay? Conoce el caso de la familia Parker. En los centros de investigación especializada se ha comprobado que la mayor incidencia en la pedofilia es entre los homosexuales. No entiendo como pueden aprobar una ley que permita la adopción de menores por ellos o ellas. Dicha aprobación tiene todo el matiz de dictatorial, al mal puro estilo de: "aquí solo mis chicharrones truenan". Realmente un asunto como ese debe, por lógica y conciencia, ser materia de un estudio muy profundo, con la intervención de especialistas (psicólogos, pediatras, terapeutas, etc.). Considero que los niños que no pueden tomar sus propias decisiones, merecen el máximo respeto, considerando que está en juego nada menos, ni nada más, que su vida futura. Recuerden que la necedad, el egoísmo y la soberbia son muy malos consejeros |
lunes, 26 de abril de 2010
La cuestión homosexual
El "New York Times" inculpa al Papa
Por: Luis-Fernando Valdés abril / 2010 El tema de los abusos sexuales por parte de clérigos sigue muy presente en los medios de comunicación. Recientemente, Benedicto XVI envió a los católicos irlandeses una carta sobre esta crisis (21.III.2010) y "El New York Times" (25.III.2010) buscó involucrar al Papa mismo en la cadena de complicidad. Parecería que algunos han encontrado la oportunidad dorada para señalar el lado oscuro de la Iglesia, pero el resultado que han conseguido es la pérdida de objetividad en su juicio sobre los sacerdotes. ¿Cuál es la justa valoración de estos abusos? Para un juicio ponderado, lo primero es entender las proporciones de los datos. Luigi Accattoli, un prestigiado vaticanista, aporta este importante análisis: desde 1995 se han denunciado en Alemania 210 mil casos de abusos sexuales; de ellos, sólo 94 afectan a personas o instituciones de la Iglesia Católica ("Liberal", 9-03-2010). Es decir, los clérigos sólo están relacionados con el 0.044 por ciento de las denuncias. Pero, ¿por qué no se ventilan en la opinión pública el 99.9 por ciento restante de los casos? ¿Sólo si se trata de la Iglesia es noticia? El problema es que se ha creado una imagen falsa: como si sólo en la Iglesia pasara esto. Ahora veamos los datos proporcionados por la Santa Sede. Monseñor Scicluna, que es el "fiscal" del Vaticano para estos casos, explicó que en los últimos nueve años (2001-2010) se han analizado las acusaciones relativas a unos 3 mil casos de sacerdotes diocesanos y religiosos, por delitos cometidos en los últimos 50 años. De ellos, sólo el 10 por ciento eran actos de pederastia verdadera y propia, esto es, por atracción sexual hacia niños impúberes. De modo que fueron 300 los clérigos acusados en nueve años. El Prelado añadió que 300 "son siempre demasiados, desde luego, pero hay que reconocer que el fenómeno no está tan difundido como se dice". En efecto, actualmente la Iglesia cuenta con 400 mil sacerdotes, de modo que los acusados representan el 0.075 por ciento de los clérigos. De nuevo, se proyecta ante la opinión pública una falsa imagen, que parece sugerir que una "gran cantidad" de clérigos fueran depredadores. Para formarse una opinión objetiva también hay que darse cuenta de que sí hay una campaña difamatoria contra la Iglesia. Para muestra un botón: El "Times" (13.III.2010) se hizo eco de una acusación hecha por el "Süddeutsche Zeitung", que afirmó que un sacerdote de la diócesis de Essen, Peter Hullermann, acusado de abusos sexuales a un muchacho de 11 años, fue recibido en la diócesis de Münich y Frisinga, cuando el Cardenal Ratzinger era el Arzobispo. En realidad, el Cardenal sólo autorizó que viviera en una residencia de sacerdotes de Münich mientras recibía una terapia. En diciembre de 1981, Ratzinger fue nombrado colaborador de Juan Pablo II y se fue a vivir definitivamente a Roma. Fue hasta diciembre de 1982, cuando el vicario general de Münich, Gerhard Gruber, decidió asignar a Hullermann a una parroquia. En un comunicado reciente, Gruber reconoce su error y asume "toda la responsabilidad". } Como se puede observar, la intención de estos medios era acusar al Papa de haber cometido lo mismo que él condenó de los obispos irlandeses: encubrir a los culpables. No puede ser ponderada una valoración que, en vez de buscar justicia hacia las víctimas, pretende el descrédito de la Iglesia sin reconocer que se trata de un problema no generalizado, y sin reconocer el gran bien que la Iglesia ha aportado a millones de personas.
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sábado, 3 de abril de 2010
Turismo del sosiego
Por: Plinio Corrêa de Oliveira Marzo / 2010 En este momento que es el comienzo de las vacaciones para algunos o la mitad de ellas para otros, nos ha parecido interesante ofrecerles estas reflexiones de un brasileño insigne sobre modos de entender las vacaciones. Hay diferentes modos de entender las vacaciones. Para casi todo el mundo ellas significan una carrera. Si, una carrera atrás de las emociones. El estilo de emociones que se buscan, como es natural, es variable. Panoramas de mar o de montaña, hoteles de lujo o contacto con la selva, inmersión en el pasado, en el clásico recorrido de maravillas en Minas Gerais o en Bahía, o un pregusto de la locura psicodélica con que nos amenaza el día de mañana: todo vale si aporta emociones. Emociones violentas, sensacionales, cogidas a 120 por hora o más, que se sobrepongan a las vibraciones y a los sustos de la vida cotidiana. ¿Qué pensar de esta manera de tomar vacaciones? Reduzcamos el problema a sus términos más simples. Si cada emoción produce una fatiga, el presupuesto de los reposos emocionantes consiste en que una fatiga se cura cargando otra fatiga de género diferente. Ahora bien, esta solución me parece cuestionable. Pues el sentido común lleva a pensar que el remedio propio para el cansancio, en lugar de ser otro cansancio… es el descanso. Al menos así opinaría Perogrullo. ¿Pero cómo descansar entonces? La respuesta es fácil. No se trata de terminar las vacaciones con la lengua afuera. Por mi parte, nada me parece más arriesgado que aconsejar a los otros cómo deben descansar. Este año encontré una fórmula feliz para mí y quiero comunicarla a los lectores. Se trata, es claro, del reposo de un habitante de Sao Paulo. Es decir, de un ente humano que vive, come y duerme en el ruido, se cura por las calles agujereadas, respira un aire apestado, trabaja a un ritmo extenuante, y es forzado por la ferocidad de las circunstancias a hacer corriendo hasta las cosas que de suyo deberían ser más tranquilas y amenas, como comprar, regalar y recibir regalos de Navidad. Yo estaba pues, con añoranzas de la normalidad. Quería encontrar un rincón donde pudiese inserirme en una vida diferente. Una vida de tranquila, de ritmo humano, que me diese oportunidad de sumergir en la estabilidad, en el sosiego, en el equilibrio y en la sana despreocupación de los otros. No quería obras de arte excepcional, riquezas apabullantes, lujos engañosos, y menos todavía de sicodelismos horripilantes Hartura proporcionada, trabajo serio y tranquilo, bienestar y disposición para vivir, equilibrio generalizado de los hombres y de las cosas, fue lo que encontré en una ciudad no lejana de São Paulo. Y la encontré por sorpresa. Pasaba las vacaciones en la hacienda de unos amigos, cuando quise ir al tomar el aire en la ciudad más próxima. Y ahí encontré este oasis. También, en adelante no podía perder un día. Todas las tardes después de la siesta, iba de la calma del campo a la de la ciudad, cambiando no un cansancio por otro, sino una forma de sosiego por la otra. Y así hice mi "turismo del sosiego". * * * Tres plazas, cada una con su fisonomía propia dan el tono a la ciudad. Las calles se entrelazan con árboles en flor, calzadas por un "petit pavé", del mejor gusto, conservado de modo envidiable. Esas calles componen la espina dorsal de la cuidad. En las cercanías un caserío alegre y sin pretensiones, va trepando por las montañas de pequeña altura y extendiéndose hacia el río, donde la ciudad se mezcla con la naturaleza campestre. Casi por todas partes se ven las casas del fin del Imperio y comienzos de la República. Construcciones de fachadas tranquilas y serias, dando en general hacia la calle, con los dinteles de las puertas y ventanas bien ornamentados y cómodamente instaladas en amplios terrenos propicios para la sombra y el descanso. La plaza principal tiene como elemento dominante una iglesia parroquial, modelo de buen gusto y simplicidad. Fuerte, seria, grave, es el verdadero centro de gravedad espiritual de la ciudad. Por un lado y por otro, a la par de construcciones antiguas, viviendas más recientes, agencias bancarias de estilo moderno, y hasta un "rascacielos". Pero la parroquia principal parece no percibir nada de esto, inmersa como está en la placidez de sus tiempos de otrora. Y cuando toca la campaña, sus sonidos descienden armónicos y se propagan por la plaza ajardinada, donde encuentran en las personas y en las cosas la misma resonancia de los tiempos pasados. Otra plaza próxima está también formada en torno de una iglesia. Pero ésta, leve, festiva, con algo de lo gracioso propio de las construcciones coloniales. Ella parece sonreír ingenuamente y convidar a la misma sonrisa a los que pasan. La tercera plaza es propiamente un jardín público: un gran número de aves, arboleda frondosa, niños corriendo, y en un rincón un viejo tranvía que parece dormir un sueño pre-letal. A cierta distancia aparece pintada con gusto la fachada señorial del "palacete" de un Barón del Imperio. En las calles, la gente que trabaja, camina sin correr. Desde la ventana de una residencia de un piso, una dueña de casa interrumpiendo plácidamente los quehaceres domésticos mantiene una conversación sobre todo y sobre nada con dos amigas que pasan por la calle. En la tienda próxima, bien abastecida, sin estar sin embargo abarrotada, los clientes entran sin prisa, son atendidos sin demora, escogen con calma y salen contentos, se saludan y se estiman. En suma, el pasado allí realmente se enmoheció, ni el presente enloqueció, ni el futuro amedrenta. Se vive bien la vida de todos los días. ¿Cuál es esta ciudad, que tal vez parezca banal a los cazadores de emociones, y a los turistas ávidos de verdadero reposo se les figurará quizá un edén un tanto quimérico? Ella merece bien el nombre que usa, ese nombre le viene de la excelsa Patrona, que parece resguardarla, ampararla del estancamiento y de la modorra de ciertos ambientes antiguos, como de las tragedias, de los excesos y de los tumultos modernos. La Patrona es Nuestra Señora del Amparo. Ya se ve cual es el nombre de la ciudad. Amparo irradia su placidez digna, familiar y cristiana hacia todos los alrededores. La zona tiene cualquier cosa de afable que la torna inconfundible. Yo diría que es una cierta forma de salud del alma que se irradia desde la iglesia parroquial y se difunde en ondas concéntricas hasta bien lejos. ¿No será la creencia tranquilizadora en el amparo de la Patrona, y más todavía que esto, la realidad de ese amparo, lo que se extiende como un manto sobre la región?
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La cuestión homosexual
Por: Querien Vangal Abril / 2010 De repente, Querien o no, la cuestión homosexual adquirió dimensiones gigantes, tanto que han desbordado todos los esquemas tradicionales bajo los cuales se manejaba. Por. Family Research Council. Al reconocer las uniones entre personas del mismo sexo como "matrimonios" ante la ley, se ha provocado que la sociedad en general se hable de ellos como algo normal, socialmente aceptable y moral. ¿Estarías de acuerdo que a tus hijos desde maternal les enseñen y les hagan aceptar a las parejas gay? Conoce el caso de la familia Parker. En los centros de investigación especializada se ha comprobado que la mayor incidencia en la pedofilia es entre los homosexuales. No entiendo como pueden aprobar una ley que permita la adopción de menores por ellos o ellas. Dicha aprobación tiene todo el matiz de dictatorial, al mal puro estilo de: "aquí solo mis chicharrones truenan". Realmente un asunto como ese debe, por lógica y conciencia, ser materia de un estudio muy profundo, con la intervención de especialistas (psicólogos, pediatras, terapeutas, etc.). Considero que los niños que no pueden tomar sus propias decisiones, merecen el máximo respeto, considerando que está en juego nada menos, ni nada más, que su vida futura. Recuerden que la necedad, el egoísmo y la soberbia son muy malos consejeros. |
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