sábado, 17 de julio de 2010

Las vicisitudes de un ingeniero o En todas partes se cuecen habas

 

Quevir Roquedal

Junio / 2010

 

Un buen amigo, desde la juventud, que vive desde hace más de 30 años en Ciudad Ixtepec, Oax., la está pasando verdaderamente mal.  Lo saludé hace un par de meses y me dijo, con un dejo de tristeza e impotencia:-- "Qué difícil es ser viejo aquí en el Istmo, y digo aquí porque aquí vivo, no sé en otros lares, pero me imagino que es parecido.  Se hace mucha alharaca sobre los adultos mayores y es puro cuento.  Estableciendo un parangón con la naturaleza, si los viejos fuéramos árboles, todos hacen leña del viejo caído".  Continuó:--"Las leyes no se cumplen, mucho menos se conocen.  Por ejemplo: la tan cacareada Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores es punto menos que letra muerta, ¡vamos, ni los jueces la conocen!"

 

Mi amigo es ingeniero civil, se dedicó toda su vida profesional a cumplir su vocación de servir a sus semejantes, siempre estuvo metido en proyectos de tipo social, como construcción de clínicas, hospitales, escuelas y unidades habitacionales para trabajadores.  Trabajó casi por media República, tanto en el norte como en el centro y finalmente acabó en el Istmo de Tehuantepec, a donde llegó en 1974 para construir escuelas.  En el Istmo construyó, total o parcialmente, no menos de 40 escuelas.

 

Perdió a su primara esposa, que fue el amor de su juventud y puede que de su vida.  Casó en segundas nupcias con una "dama" lugareña, con la que procreó tres hijos.  En escasos diez años que duró el matrimonio, lo engañó, depredó y casi lo deja en la calle.  Pero, con el sello característico de él, como se dice coloquialmente: "aguantó vara", y responsable por sus tres hijos, a pesar de las manipulaciones que ejerció sobre ellos la madre, fincó raíces definitivas en Ciudad Ixtepec.

 

Total que, después de una vida de trabajo intenso profesional –50 año--  se retiró cansado y depredado, aún así ha seguido sirviendo a sus coetáneos.  Como dice él: siempre hay forma de ayudar a nuestros semejantes.  Son de las pocas gentes que conozco que verdaderamente enfocan su vida al verdadero cristianismo.

 

Sin embargo ha recibido un trato un tanto injusto.  De lo que relativamente poco pudo conservar para tener una vejez más o menos tranquila y segura, ahora que cuenta con 81 años, por un lado por la incapacidad de un juez  de lo familiar, le mochan a la pequeña pensión que le otorga el IMSS, aproximadamente el 35%.  Por otro lado, para ayudarse a cumplir sus modestas necesidades, arrienda un local, adyacente a su domicilio, a una empresa comercial ferretera "Grupo Gurrión" que lo trae por el callejón de la amargura para pagarle la renta estipulada por contrato. 

 

Hace casi un par de años, para ser precisos en noviembre de 2008, mi amigo les pidió por escrito el local pues, por un lado porque ya no aguantaba tanto abuso por parte de Gurrión, y por otro porque había un interesado en rentar el local, mejorando las condiciones, no tanto en cuanto a lo económico, pero si de trato respetuoso,  pero los Gurrión, no sólo no contestaron, sino que se siguieron adelante, imponiendo su imperialista voluntad.  Lo único rescatable de esa a todas luces impositiva acción, fue que aparentemente corrigieron su abusivo comportamiento en cuanto al pago de las rentas estipuladas.  Pero la luna de miel duró un poco, y no tardaron mucho en volver a lo mismo, y peor pues empezaron  a colgar más los pagos, a tal grado que se convirtió en una verdadera burla.

 

La empresa Grupo Gurrión, como se ve, es una de esas empresas, como las hay muchas en toda la república, que es caciquil.  Se sabe toda poderosa, es prepotente, apoyándose en el contubernio con el gobierno en turno.  Negrea a sus empleados, jinetea sus sueldos y los tiene amenazados, a tal grado que estos tienen que hacer sin cortapisa lo que el "amo" diga, les jinetea el dinero a los clientes y, como el caso de mi amigo, lo fastidian sin miramientos, abusando de su impunidad ante las autoridades.  Esa es la empresa "GRUPO GURRIÓN".  Agarraron de puerquito a mi amigo, lo van a exprimir y a joder hasta que muera.

 

Preocupado por mi amigo, sobre todo por su salud, traté de indagar algo más acerca del GRUPO GURRIÓN.  Me valí de algunas fuentes fidedignas que conozco en la región, y que obviamente la conocen al dedillo. La primea información fue que era una las clásicas empresas lavadoras de dinero producto de operaciones ilícitas, entre ella el narcotráfico.  ¡PUF!, me quedé azorado, lo primero que me dije fue que mi amigo tenía todas que perder.  No sé si él sepa algo acerca de esto y a lo mejor es lo que lo tiene totalmente desazonado y casi al borde de la muerte.  Ahora bien, si no lo sabe, pienso mejor no decirle nada porque estoy seguro de que lo mando directo al sepulcro.

 

Durante el régimen de José Murat fue claro el contubernio de la empresa con el gobierno, surgieron sucursales por doquier, además de que incursionaron en el ramo de las gasolineras.

 

¿Qué me lleva a escribirles esto?  Para que ustedes, medios informativos obligados a coadyuvar a la superación de la sociedad –cuando menos así reza su Código de Ética--  lo investiguen y denuncien.  Creo que todos los que nos preciemos de buenos ciudadanos, estamos obligados a denunciar a este tipo de empresas que tanto minan a México.

 

Yo me pregunto ¿así como están acabando a mi amigo, o más bien dicho, así como lo acabaron, a cuantos más habrán fregado y a cuantos más acabarán en el futuro si no hay quien les marque el alto? ¿Las autoridades?  Lo dudo.

 

Y que conste que yo no estoy acusando, sólo estoy comentando.

 

Un saludo cordial


 





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