sábado, 13 de noviembre de 2010

Prueban tráfico de armas realizado por policías

 

Por: Querien Vangal

Octubre / 2010

 

 

En México ya no asusta nada, el que los policías estén metidos en al tráfico de armas es común y corriente, ¡vamos, es pan nuestro de cada día! 

 

Legisladores reunieron pruebas que documentan tráfico, acopio e uso ilegal de armas por parte de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE), que forman parte de una demanda ante la Procuraduría General de la República (PGR) y ante la Contraloría del estado de México.

 

Carlos Madrazo Limón, diputado local, señaló que la ASE ha incurrido además en desvío de recursos con la operación de la policía privada de los Cuerpos de Seguridad Auxiliar del Estado de México (CUSAEM), organismo que agrupa 20 mil elementos que son alquilados a empresas, comercios e instituciones de todo el país.

 

El CUSAEM opera como una empresa de guardias privados, con recursos de más de 2 mil millones de pesos al año; sin embargo nunca ha rendido cuentas o información a la Contraloría, pese a que 14 mil de sus elementos son atendidos en el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), los seis mil guardias más trabajan sin prestaciones de seguridad social, indicó Madrazo Limón.

 

Los recursos que genera la CUSAEM "no son auditados por ninguna autoridad estatal y mucho menos hay registro del ingreso a la administración pública estatal de los más de 2 mil millones de pesos que genera, por lo que ha sido sin duda la caja chica de los gobernadores y funcionarios mexiquenses", apuntó el legislador.

El cuerpo de guardias privados que son alquilados por empresas y comercios mexiquenses , sino también del Distrito Federal, donde sus patrullas circulan con logotipos del gobierno del Estado de México, usan además armas obtenidas con la licencia de la ASE, lo cual representa un delito.

 

Por ello los legisladores del PAN, pidieron la intervención no sólo de la Contraloría del Estado de México, para que audite los recursos con los que opera la CUSAEM, donde debe investigar la propiedad de las instalaciones que usa, no sólo de sus oficinas centrales -ubicadas en Tlalnbepantla- sino de módulos de seguridad.

 

Además "hemos reunido elementos de prueba para documentar delitos como tráfico, acopio y uso indebido de armas, que integran un expediente que será entregado esta semana a la PGR", informó Madrazo Limón.

 



Exposición: “La Robolución Mexicana”

Por: La Trinca Infernal

Noviembre / 2010

 

Exposiciones y colecciones de fotografías sobre la "Robolución" existen varias, pero la exposición "Hugo Brehme y la "Rovolución Mexicana" se caracteriza por ir más allá, por mostrar tanto la visión de este fotógrafo alemán, como por combinar el paisaje, la gente y los personajes centrales de la época.
 
La muestra refresca la iconografía de la Rovolución, porque presenta imágenes muy poco conocidas capturadas por Brehme, algunas de ellas inéditas, pero en términos históricos, estéticos y no solamente periodísticos, como en otros casos.
 
Contiene tanto imágenes de soldaderas y federales en Xochimilco, las entradas de Venustiano Carranza y  Francisco Villa a la Ciudad de México, como paisajes rurales y urbanos para reflejar el entorno de la "Rovolución Mexicana".
 
También muestra numerosas miradas de la Decena Trágica y la intervención norteamericana en Veracruz, con el factor común de mostrar el sentir de la sociedad a causa de la destrucción por la Guerra.
 
Las imágenes de la exhibición fueron captadas entre 1905 y 1911 por el fotógrafo alemán nacionalizado mexicano, y actualmente forman parte del Instituto Iberoamericano de Berlín y del acervo Hugo Brehme de la Fototeca Nacional, con sede en Pachuca.
 
Cabe señalar que el mismo Brehme, quien fue una gran influencia para Manuel Álvarez Bravo, pionero de la fotografía artística en México, no había incluido las imágenes de la "Rovolución" en la edición de México Pintoresco, su obra maestra, impresa en tres idiomas en el clímax de su popularidad, por lo que esta muestra es una primera vista completa de su obra en este tema.
 
Las fotografías de Brehme sobre la "Rovolución" se caracterizan mezclar tanto su técnica adquirida como autor de postales como por buscar realismo y una visión humana, lo cual justamente lo llevó a diferenciarse  de sus contemporáneos, como Guillermo Kalho (padre de Frida) o Agustín Casasola.
 
Este trabajo de Brehme, conformado por más de 70 iconografías, se presenta en el Museo Franz Mayer hasta el 3 de octubre de 2010 y forma parte de las conmemoraciones del Bicentenario del de la Independencia y el Centenario de la "Rovolución Mexicana".
 

Ahora ya nada más falta que nos indilguen la exposición y colección fotográfica de la "Oncena Depredadora".  Que no es otra cosa que los once periodos presidenciales de 1934 a 2000: Lázaro Cárdenas del Rio, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León.  11 ESTRELLAS 11, de la ganadería trinquetera "Trinca Infernal" –Partido Nacional Revolucionario (1929-1937), Partido de la Revolución Mexicana (1937-1946) y Partido Revolucionario Institucional (1946- ?).

 

 



El mayor asesino de la Historia se vuelve más peligroso

  

Por: Javier Peláez

Octubre Y 2010

 


Cuadernos de Ciencia

 

Si alguna vez os habéis preguntado quién es el mayor asesino de la Historia, la respuesta quizá os sorprenda más de lo que imagináis. No es la guerra, no es el hambre, ni siquiera fue Hitler...

 

Lleva más de 50.000 años actuando. Nada, ni nadie ha matado a tantos seres humanos en toda la Historia como este diminuto insecto, el mosquito anopheles.

 

Al año más de 400 millones de personas se ven afectadas por la malaria, de las que, entre dos y tres millones mueren a causa de ella. En África las cifras son todavía más aterradoras: cada 20 segundos un niño muere por la malaria.


La malaria está causada por un parásito que transmiten los mosquitos hembra. Cuando pica, los parásitos en fase de esporozoitos entran mediante la saliva del insecto y se dirigen hacia el hígado. Una vez allí se multiplican velozmente y finalmente entran en el torrente sanguíneo. Así, millones y millones de infecciones cada año.

 

Los parásitos de la malaria son cada vez más resistentes a los antiguos medicamentos como la cloroquina. Además, y para agravar aún más la situación, en los países pobres no se dispone de ninguna prueba de diagnóstico de fácil utilización para confirmar si se tiene o no realmente la enfermedad, por lo que mucha gente que no la tiene acaba recibiendo tratamiento, lo que favorece la aparición de resistencias.

 

Los científicos saben que la mejor manera de reducir el número de muertes por malaria es controlar a los mosquitos portadores de la enfermedad. Para ello se han estudiado las dos clases de mosquitos más peligrosas de África (Anopheles gambiae).

 

Ahora un estudio publicado en "Science" pone las cosas aún más complicadas y revela las diferencias genéticas entre ellos "son tales que parecen estar convirtiéndose en especies diferentes". Para los científicos, "los esfuerzos para controlar la población de mosquitos pueden ser efectivos en una de las variedades pero no en la otra".

 

Por ello, con respecto a los nuevos métodos para controlar los mosquitos de la malaria, como por ejemplo la creación de insecticidas o el intento de influir en su capacidad de reproducción, "tienen que asegurarse de que sean efectivos en ambas variedades", declaran los investigadores.

 

Mara Lawniczak, bióloga y una de las autoras de este estudio afirma: "A partir de nuestros estudios, podemos determinar que los mosquitos evolucionan más rápido de lo que pensábamos y que, desgraciadamente, las estrategias que podrían funcionar contra una de las variedades de mosquito podría no ser efectiva contra la otra. Es importante identificar y controlar las modificaciones genéticas ocultas en los mosquitos si queremos conseguir controlar la malaria centrándonos en ellos".

 

Hasta ahora, en estudios anteriores, solamente se habían encontrado algunas diferencias entre los genomas de las dos variedades de mosquito. Sin embargo, el nuevo estudio revela que estos dos mosquitos son muy distintos genéticamente, y además están evolucionando tan rápido que podrían considerarse totalmente diferentes, con lo cual, el remedio contra una de ellas no serviría en la otra.

 

La lucha contra la malaria parece complicarse cada día y por eso son importantes campañas de concienciación como la realizada por la ONG "África Directo" en la que pone las cosas en su sitio y lo avisa claramente...

 

Repetimos: Nada ni nadie mata más gente que la malaria. Ni las guerras, ni el desierto, ni los dictadores, ni las bombas... La malaria, el asesino más peligroso del mundo, ahora lo es más.

 

 



Asunto: INSOLENCIA

 

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Noviembre / 2010



Hace unos días recibí una carta de una persona que admito y estimo mucho, realmente me hizo meditar y reflexionar.  Por tener el contenido que tiene me tomo la libertad de transcribirla con la seguridad de contar con su anuencia. 


«En mi casa me enseñaron bien.   Cuando yo era un niño, en mi casa me enseñaron a honrar dos reglas  sagradas:

 
Regla N° 1: En esta casa las reglas no se discuten.

Regla N° 2: En esta casa se debe respetar a papá y mamá.


Y esta regla se cumplía en ese estricto orden. Una exigencia de  mamá, que nadie discutía... Ni siquiera papá. Astuta la vieja,  porque así nos mantenía a raya con la simple amenaza: "Ya van a ver  cuando llegue papá". Porque las mamás estaban en su casa. Porque  todos los papás salían a trabajar.... Porque había trabajo para  todos los papás, y todos los papás volvían a su casa.


No había que pagar rescate o ir a retirarlos a la morgue. El respeto  por la autoridad de papá (desde luego, otorgada y sostenida  graciosamente por mi mamá) era razón suficiente para cumplir las  reglas.

 
Usted probablemente dirá que ya desde chiquito yo era un sometido, un  cobarde conformista o, si prefiere, un pequeño fascista, pero acépteme esto: era muy aliviado saber que uno tenía reglas que  respetar. Las reglas me contenían, me ordenaban y me protegían. Me contenían al darme un horizonte para que mi mirada no se perdiera en la nada, me protegían porque podía apoyarme en ellas dado que eran sólidas. Y me ordenaban porque es bueno saber a qué atenerse… De lo contrario, uno tiene la sensación de abismo, abandono y ausencia.

 
 Las reglas a cumplir eran fáciles, claras, memorables y tan reales y consistentes como eran "lavarse las manos antes de sentarse a la mesa" o "escuchar cuando los mayores hablan".

 
 Había otro detalle, las mismas personas que me imponían las reglas eran las mismas que las cumplían a rajatabla y se encargaban de que todos los de la casa las cumplieran. No había diferencias. Éramos todos iguales ante la Sagrada Ley Casera.

 
Sin embargo, y no lo dude, muchas veces desafié "las reglas" mediante el sano y excitante proceso de la "travesura" que me permitía acercarme al borde del universo familiar y conocer exactamente los límites. Siempre era descubierto, denunciado y castigado apropiadamente.

 
 La travesura y el castigo pertenecían a un mismo sabio proceso que me permitía mantener intacta mi salud mental. No había culpables sin castigo y no había castigo sin culpables. No me diga, uno así vive en un mundo predecible.

 
El castigo era una salida terapéutica y elegante para todos, pues alejaba el rencor y trasquilaba a los privilegios. Por lo tanto las travesuras no eran acumulativas. Tampoco existía el dos por uno. A tal travesura tal castigo. Nunca me amenazaron con algo que no estuvieran dispuestos y preparados a cumplir.

 
Así fue en mi casa. Y así se suponía que era más allá de la esquina de mi casa. Pero no. Me enseñaron bien, pero estaba todo mal.  Lenta y dolorosamente comprobé que más allá de la esquina de mi casa había "travesuras" sin "castigo", y una enorme cantidad de "reglas" que no se cumplían, porque el que las cumple es simplemente un estúpido (o un tonto, si me lo permite).
 
 El mundo al cual me arrojaron sin anestesia estaba patas para arriba Conocí algo que, desde mi ingenuidad adulta (sí, aún sigo siendo un ingenuo), nunca pude digerir, pero siempre me lo tengo que comer: "la impunidad". ¿Quiere saber una cosa? En mi casa no había impunidad.   En mi casa había justicia, justicia simple, clara, e inmediata. Pero también había piedad.

 
Le explicaré: Justicia, porque "el que las hace las paga". Piedad, porque uno cumplía la condena estipulada y era dispensado, y su dignidad quedaba intacta y en pie. Al rincón, por tanto tiempo, y listo... Y ni un minuto más, y ni un minuto menos. Por otra parte, uno tenía la convicción de que sería atrapado tarde o temprano, así que había que pensar muy bien antes de sacar los pies del plato.

 
Las reglas eran claras. Los castigos eran claros. Así fue en mi casa. Y así creí que sería en la vida. Pero me equivoqué. Hoy debo reconocer que en mi casa de la infancia había algo que hacía la diferencia, y hacía que todo funcionara. En mi casa había una "Tercera Regla" no escrita y, como todas las reglas no escritas, tenía la fuerza de un precepto sagrado.

 
Esta fue la regla de oro que presidía el comportamiento de mi casa:

 
 Regla N° 3: No sea insolente. Si rompió la regla, acéptelo, hágase responsable, y haga lo que necesita ser hecho para poner las cosas en su lugar.

 
 Ésta es la regla que fue demolida en la sociedad en la que vivo. Eso es lo que nos arruinó. LA INSOLENCIA. Usted puede romper una regla -es su riesgo- pero si alguien le llama la atención o es atrapado, no sea arrogante e insolente, tenga el coraje de aceptarlo y hacerse
 responsable. Pisar el césped, cruzar por la mitad de la cuadra, pasar semáforos en rojo, tirar papeles al piso, tratar de pisar a los peatones, todas son travesuras que se pueden enmendar... a no ser que  uno viva en una sociedad plagada de insolentes. La insolencia de
 romper la regla, sentirse un vivo, e insultar, ultrajar y denigrar al que responsablemente intenta advertirle o hacerla respetar. Así no hay remedio.


El mal de nuestra sociedad es la insolencia. La insolencia está compuesta de petulancia, descaro y desvergüenza. La insolencia hace un culto de cuatro principios:


 - Pretender saberlo todo

 - Tener razón hasta morir

 - No escuchar

- Tú me importas, sólo si me sirves.


La insolencia en mi país admite que la gente se muera de hambre y que los niños no tengan salud ni educación. La insolencia en mi país logra que los que no pueden trabajar cobren un subsidio proveniente de los impuestos que pagan los que sí pueden trabajar (muy justo), pero los que no pueden trabajar, al mismo tiempo cierran los caminos y no dejan trabajar a los que sí pueden trabajar para aportar con sus impuestos a aquéllos que, insolentemente, les impiden trabajar.  Léalo otra vez, porque parece mentira. Así nos vamos a quedar sin trabajo todos... Porque a la insolencia no le importa, es pequeña, ignorante y arrogante.


 
 Bueno, y así están las cosas. Ah, me olvidaba, ¿Las reglas sagradas de mi casa serían las mismas que en la suya? Qué interesante.  ¿Usted sabe que demasiada gente me ha dicho que ésas eran también las reglas en sus casas? Tanta gente me lo confirmó que llegué a la
 conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los atropellos de los insolentes? Yo se lo voy a contestar.

 
 PORQUE ES MÁS CÓMODO, y uno se acostumbra a cualquier cosa, para no tener que hacerse responsable. Porque hacerse responsable es tomar un compromiso y comprometerse es aceptar el riesgo de ser rechazado, o criticado. Además, aunque somos una inmensa mayoría, no sirve para nada, ellos son pocos pero muy bien organizados. Sin embargo, yo quiero saber cuántos somos los que estamos dispuestos a respetar estas reglas.


Le propongo que hagamos algo para identificarnos entre nosotros. No tire papeles en la calle. Si ve un papel tirado, levántelo y tírelo en un bote de basura. Si no hay un bote de basura, llévelo con usted hasta que lo encuentre. Si ve a alguien tirando un papel en la calle,
simplemente levántelo usted y cumpla con la regla 1. No va a pasar mucho tiempo en que seamos varios para levantar un mismo papel.

 
Si es peatón, cruce por donde corresponde y respete los semáforos, aunque no pase ningún vehículo, quédese parado y respete la regla.


Si es un automovilista, respete los semáforos y respete los derechos del peatón. Si saca a pasear a su perro, levante los desperdicios.

 
 Todo esto parece muy tonto, pero no lo crea, es el único modo de comenzar a desprendernos de nuestra proverbial INSOLENCIA. Yo creo que la insolencia colectiva tiene un solo antídoto: LA RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL. Creo que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada. Si todos somos capaces de hacer esto, seremos capaces de hacer cualquier cosa…


Porque hay que aprender a hacerlo todos los días. Ése es el desafío. Los insolentes tienen éxito porque son insolentes todos los días, todo el tiempo. Nuestro país está condenado: O aprende a cargar con la disciplina o cargará siempre con el arrepentimiento.»

 



jueves, 11 de noviembre de 2010

En busca de la verdad

 

Es un mito afirmar que Porfirio Díaz Mori era un conservador que, "amafiado" con la Iglesia Católica, oprimió al pueblo.  Pero, ¿Cómo era realmente?

 

Comentario de Nemesio Rodríguez Lois

 

http://www.yoinfluyo.com/index.php?option=com_hwdvideoshare&task=viewvideo&Itemid=228&video_id=205

 



domingo, 7 de noviembre de 2010

Jodidos pero contentos (JPC)

 

Por: Antero Duks

Noviembre / 2010

 

 

Hay la vulgar creencia de que los mexicanos somos unos importamadristas incorregibles, y no están fuera de la realidad los que tienen esa opinión.  Hay quienes piensan que a lo largo de su historia, México se ha jodido muchas veces, yo corregiría para pensar que en muy pocas ocasiones, México ha despuntado por el sendero correcto.  La corrupción es y ha sido el flagelo, yo diría ya eterno, que nos agobia y que nos mata.

 

Podríamos remontarnos incluso antes del surgimiento del Estado mexicano, irnos hasta la Conquista o recordar la Colonia, cuando se otorgaban mercedes reales como patentes para abusar de los cargos.

 

Podríamos también intentar explicar la apatía que afecta a anchas franjas ciudadanas, recordando aquella frase del virrey Carlos Francisco de Croix, que en 1767 comunicó a los vasallos "del gran monarca que ocupa el trono de España, que nacieron para callar y obedecer y no para discurrir ni opinar en los asuntos del gobierno".  Esto, lamentablemente, se quedó como atavismo en el pueblo mexicano, pues es así como interpreta la mayoría al gobierno.

 

Pero una cosa es cierta, para ser honestos, la corrupción, los abusos desde el poder, la resignación y el valemadrismo no se originaron con el PRI; lo que sí, y también para ser honestos, la República priísta captó a la perfección esos "dones" y los perfeccionó a la perfección, valga el pleonasmo, y además, ese "merito" no se los arrebata nadie, es muy suyo, reconozcámoslo.

 

Frederich Katz -el gran historiador vienés recién fallecido- recupera en La guerra secreta en México, un reporte del embajador alemán Paul von Hintze sobre la corrupción del capitán Huerta, hijo del usurpador, quien adquiría armamento con sobreprecios de escándalo.

 

Son fama pública las largas uñas de los "robolucionarios", hubo sin embargo notorias excepciones como la de Álvaro Obregón.  Quien incuso hacía bromas de lo que le tildaban sus gratuitos y envidiosas enemigos.  Entrevistado por Vicente Blasco Ibáñez, el caudillo exhibió su ingenio al respecto:

 

-- "A usted le habrán dicho que yo soy algo ladrón."

--"¡Oh general! ¿Quién puede hacer caso de las murmuraciones?...

Puras calumnias."

 

Obregón -describe el periodista español- no parece oírme y sigue hablando.

--"Pero yo no tengo más que una mano, mientras que mis adversarios tienen dos.  Por esto la gente me quiere a mí, porque no puedo robar tanto como los otros."

 

Y realmente, Alvaro Obregón fue una de las pocas excepciones, por eso se distingue, que no medraron de esa lucha y está considerado una de las figuras distinguidas de los que encabezaron el movimiento revolucionario.  Honor a quien honor merece.

 

En cambio, precisamente los que le tiraban a Obregón, fue la muy numerosa pléyade de pillos que se cobijaron a la sombra de Plutarco Elías Calles, lo divinizaron, lo nombraron "Jefe Máximo de la Revolución", lo entronizaron y, cuando ya estaban bien afianzados , lo mandaron al exilio y se hicieron amos y señores de México. Después domeñaron a las "masas proletarias y campesinas" –según era su expresión—y las aborregaron; situación que se extendió al resto del pueblo.  Esos "honestos y patriotas angelitos" fueron los forjadores de la Trinca Infernal (PNR-PRM-PRI) y de la desgracia de México.  Todo lo que estamos viviendo actualmente –corrupción, asesinatos, inseguridad, etc., etc.--  no es más que la cosecha de lo que sembramos todos, unos por avorazados y otros por dejados..

 

Pero para no extraviarnos en arqueología política, baste recordar que en un momento más próximo, a finales de la década de los 60, México parecía prefigurar una potencia intermedia: de 1960 a 1970, la tasa de crecimiento del PIB fue de 7.1%, con una inflación de poco menos de 2.5% en promedio durante esa década, y en 1970, nuestra deuda externa pública bruta era de apenas 4 mil 262 millones de dólares; nuestro cine y nuestra música conquistaban al mercado de habla hispana; nuestra política exterior nos prestigiaba y la educación pública constituía el soporte de una movilidad social ascendente.  Pero la realidad es que vivíamos una farsa, pues eso tuvo que finalmente que explotar, el país volvió a su triste realidad cuando Gustavo Díaz Ordaz escogió para sucederlo a Luis Echeverría: al final de su sexenio, la deuda externa creció casi cinco veces (19 mil 600 millones de dólares) y de 4.69 en 1970, la inflación pasó a 27.2 en 1976.  Después, Echeverría seleccionaría para sucederlo a su amigo de la adolescencia, José López Portillo. La docena trágica marcó el fin del maliciosamente pregonado "milagro mexicano".

 

Un manejo irresponsable de las finanzas públicas llevó a Echeverría a despedir a su secretario de Hacienda, Hugo B.Margain y a alardear: "Las finanzas públicas se manejan en Los Pinos" –el clásico "aquí solo mis chicharrones truenan", que realmente siempre fue el lema de todos los presidentes de la Trinca--  después, López Portillo anunciaría que el nuevo desafío de México era "cómo distribuir la abundancia", cuando abandonó el poder, dejó al país sumido en una profunda crisis, volvimos al redil.

 

En ese escenario de desastre llegaron Miguel de la Madrid, los tecnócratas y el fundamentalismo económico que llevó a una privatización indiscriminada y tramposa de empresas públicas. Aquí abro un paréntesis para hacer referencia al caso Telmex.  Hay quienes consideran, equivocadamente a mi juicio, que Telmex era la "joya de la corona" y que nunca debería haber sido privatizada, siendo que dicha empresa nació y creció en la iniciativa privada, así que de hecho lo que pasó fue que volvió al redil.  Además ¡qué bueno que así sucedió! porque es en la actualidad una empresa firme y próspera, que presta un servicio excelente y realiza una amplia labor altruista.  No quiero ni imaginarme lo que sería si hubiera seguido en manos del gobierno.

 

Son los años, que no terminan aún, del dictum de que la mejor política industrial es no tener política industrial; los años de una apertura irracional a mercancías extranjeras que han herido de muerte a ramas completas de nuestra industria (calzado, textiles, juguetes, artesanías…) Pero hay otros momentos de quiebre.

 

En el periodo 2000-2006, Trató Fox de componer la nave, pero cometió el error al considerar que esta compostura, la que México requiere: limpiar la  "bendita"  corrupción, estaba a su alcance y lo único que logró fue dilapidar el enorme capital político que le había reportado el bono democrático. No se percató de que este mal que nos ha agobiado durante siglos, requiere también de siglos corregirlo, así es que lo único que logró fue dejar escapar el momentum del cambio que se vivía en el país.

 

Ya entes, en alguna ocasión, apunté que el mal es mucho más fácil de aprender y domeñar que el bien, en proporción, según dicen los estudiosos de esos temas, de 4 a 1.  Si concedemos sin aceptar que dicha proporción es correcta, resulta que, en el caso México, considerando que el mal se aprendió y creció durante los setenta años de la oprobiosa dictadura de la Trinca Infernal, resulta que necesitamos 280 años para revertir el mal, y eso sólo a trabajo sostenido ¡híjole!

 

Han sido constantes los intentos de joder al país, pero a pesar de todo, México sigue en pie, vivito y coleando.  La irresponsabilidad de la clase gobernante y la indolencia de la sociedad no han terminado con el país, mayor, en mucho, a sus dificultades.  Es por ello que ya se va haciendo popular la expresión que contesta la ciudadanía para expresar su estado de ánimo: "JPC", que significa: "Jodidos pero contentos".  ¡ABUR!