Por Gerardo Enrique Garibay Camarena
Febrero de 2012
"Los muertos de Calderón" esta frase se ha convertido en uno de los principales mantras de la izquierda mexicana, un concepto que consiste en culpar a las autoridades por la violencia en el país.
Así ocurrió el día 30 de enero, cuando, durante un evento realizado en la ciudad de Guadalajara, un "espontáneo" interrumpió el discurso de Felipe Calderón para interrogarlo a gritos: ¿Cuántos muertos más? ¿Cuándo se acaba la guerra?
El Presidente respondió señalando lo obvio: que las muertes ocurridas en el país son responsabilidad de las organizaciones criminales, no del gobierno y que justamente la pasividad de muchas autoridades a lo largo de los años fue lo que provocó que el problema alcanzara las dimensiones actuales.
Ese mismo día, en la Ciudad de México un grupo de artistas y activistas presentaron la campaña "En los Zapatos de Otros" una serie de spots para concientizar acerca de las víctimas de la llamada guerra contra la delincuencia. En estos videos, diversos actores piden que el gobierno haga su trabajo, pero, al mismo tiempo, lo culpan tácitamente de las muertes.
Viendo esos spots, pareciera que la solución ante la violencia es llorar mucho y después darnos todos un fuerte abrazo grupal, y es qué, según Sicilia, Solalinde y sus fans, para derrotar a la violencia no necesitamos policías, ¿Cómo? No lo aclaran.
Es el mismo discurso hippie de los años 60 ligeramente aderezado de modernidad, pues según estos activistas sociales, Nixon es Calderón y Vietnam es México.
Los recursos obtenidos por esta campaña irán al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (nótese el tufo socialista hasta en el nombre) encabezado por Javier Sicilia, quien, curiosamente, también ha apoyado a "No + Sangre" el mismo grupo en el que participa, ¿Pueden creerlo? el "espontáneo" que increpó a Calderón en Guadalajara.
Queda muy claro que, para la izquierda, esta es una bandera política, un mero pretexto. Se aprovechan del legítimo dolor de los familiares de los asesinados para llevar agua a su molino y envolverse en el manto de las víctimas, del que tradicionalmente tantos beneficios han sabido obtener ¿verdad, doña Rosario Ibarra?
No entienden (o no quieren entender) que los grupos del crimen organizado no matan porque se sientan incomprendidos, tampoco por la crueldad de la sociedad, sino porque están pelándose el control de ciudades y mercados de consumo con valor de millones de dólares.
El tema de la violencia no se resuelve con versos de Octavio Paz, ni con poesías de Javier Sicilia y culpar al Presidente por los muertos a causa de la guerra entre los cárteles es sencillamente ridículo, una tontería de esas que solo a la izquierda se le ocurren.
Aun teniendo nuestras dudas respecto a la estrategia utilizada por el gobierno federal, el hecho es que todos coincidimos en que se tenía que hacer algo y nadie ha propuesto alguna alternativa concreta, tan solo slogans vacíos pidiendo, por ejemplo, más inteligencia en la lucha contra el crimen, pero sin explicar, por inicio de cuentas, en qué consiste dicha "inteligencia".
Por lo pronto la respuesta de Calderón al espontáneo de Guadalajara, que puede consultarse en YouTube: http://youtube/deh4n0TTrXw demolió por completo la demagogia de los pacifistas región 4. El tiro les salió por la culata, pero seguirán insistiendo, ahogando en ruido su falta de propuestas.
Por lo pronto, que quede claro: no son "los muertos de Calderón" y, a diferencia de lo que ocurre en las telenovelas, la violencia en México no se solucionará con cursilerías.
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