miércoles, 28 de septiembre de 2011

Asunto: DESPEDIDA DE NANCY IRIARTE EX ESPOSA DE HUGO CHAVEZ

A: Hugo Chávez

Fecha: sábado, 17 de septiembre de 2011, 15:10

 

Impresionante, muy Profunda y temprana despedida de Nancy Iriarte Díaz
a Hugo Chávez; fue publicada el 9 de agosto de 2011 en uno de los
periódicos venezolanos de mayor circulación "El Universal"


Algunas consideraciones sobre tu muerte:


No quiero que te marches de esta vida sin antes despedirnos, porque has  hecho un mal inmenso a mucha gente, has arruinado a familias enteras, has  obligado a legiones de compatriotas a emigrar a otras tierras, has vestido de luto a incontables hogares, a los que creías tus enemigos los perseguiste sin cuartel, los encerraste en ergástulas que no lo merece ni un animal, los insultaste, los humillaste, te burlaste de ellos, no solo porque te creías poderoso, sino inmortal... porque el fin de los tiempos no era contigo.


Pero llegó tu turno, los plazos se acaban, el término de tu contrato
llega a su fin, tu "ciclo vital" se apaga poco a poco y no de la mejor
manera; probablemente morirás en una cama, rodeado de tu familia, asustada, porque va a tener que rendir cuentas una vez que des tu último aliento, te vas de esta vida lleno de angustia y de miedo, allí van a estar los curas a quienes perseguiste e insultaste, los representantes de esa Iglesia que ultrajaste a placer, claro que te van a dar la extremaunción y los santos óleos, no una, sino muchas veces, pero tú y ellos saben que no servirá de nada, es solo para calmar el pánico que hace presa a tu alma ante el momento que todo lo define.


Mueres enfermo, padeciendo el desahucio, las complicaciones inmunológicas, los terribles efectos secundarios de las curas que prometieron alargar tu vida, tus órganos se van apagando uno a uno, tus facultades van perdiendo el brillo que las caracterizaba, tus líquidos y efluvios son colectados en bolsas plásticas con ese hedor a muerte que tanto te repugna.


Dime si en este momento, antes de que te apliquen una nueva inyección para calmar los dolores insoportables que padeces, vale la pena que me digas que no te pueden quitar lo bailado, ¡ah! los viajes por el mundo, los maravillosos palacios que te recibieron, las paradas militares en tu honor, las limousines, los títulos honorarios, los pisos de los hoteles cinco estrellas, las fastuosas cenas de Estado... dime ahora que vomitas la papilla de auyama que te tratan de dar las enfermeras, si era de eso de lo que se trataba la vida, pues ese brillo y el oropel ya no están entre los monitores y máquinas de resucitamiento que te rodean, esas marchas y aplausos ahora son tonos y alarmas de sensores que regulan tus signos vitales que se hacen más débiles.


¿Puedes escuchar al pueblo de tu país afuera de tu cuarto?... debe ser tu imaginación o los efectos de la morfina, no estás en tu patria, estas en otro lado, muy lejos, entre gente que no conoces... sí, estás muriendo en tu propio exilio, entre una banda de pilluelos a quienes les has tratado de entregar tu
propio país, tus últimos momentos los pasarás entre chulos y estafadores, entre tu corte de aduladores que solo te muestran afecto porque les dabas dinero y poder, todos te miran preocupados y con rabia, nunca dejaste que ninguno de ellos pudiera tener la oportunidad de sucederte, ahora los dejas al descampado y tu país al borde de una guerra, ¿Era eso lo que querías? ¿Fue esa tu misión en esta vida? Olvídate del cuento de los pobres, ahora hay más pobres que cuando llegaste al poder, olvídate de justicia e igualdad cuando prácticamente le entregaste el país a una fuerza extranjera que ahora tendremos de desalojar a la fuerza y a costas de más vidas.


Tengo la leve impresión que ahora sabes que te equivocaste, creíste en un cuento de camino y te creíste revolucionario, y por ser revolucionario... inmortal, convocaste a tu lado a los muertos, a tus héroes, a esos fantasmas que también creíste con vida, a Bolívar, al Che, a Fidel, al Marx que nunca conociste y que recomendabas su lectura... el andar con muertos te llevó a la magia y a los babalaos, te metiste a jurungar tumbas, y a ofrendarle a una corte de demonios y malos espíritus que ahora te acompañan... ¿Sientes su presencia en el cuarto? Vienen a cobrar, a recoger lo único que tenía valor en tu vida y que tan malamente apostaste por la oscuridad y el mal, tu alma.


Bueno, me despido, solo quería que supieras que pasarás a la historia como un traidor y un cobarde, que no rectificaste cuando pudiste, te dejaste llevar por tu soberbia, por tus ideales, por tu ideología renunciando a los más preciado, a tu libertad y a la libertad de los otros, y la libertad nos hace humanos.


"*El Socialismo solo funciona en dos lugares:

En el Cielo, donde no lo necesitan, y en el Infierno donde ya lo tienen*"
*Nancy Iriarte Díaz*

 

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Igualdad social y derecho de herencia

 

Antero Duks

 

 

Se ha venido discutiendo últimamente el derecho que tiene el Estado a gravar con un impuesto, a veces confiscatorio, a la herencia.

Tanto quienes manifiestan su posición favorable como sus contrarios, están de acuerdo en que ese impuesto es un medio para establecer la igualdad social o, al menos, atenuarla lo más posible.

Es evidente que ese impuesto –que no hace más que llenar el tonel sin fondo de los gastos públicos– no favorece a las familias más pobres y perjudica a los titulares de esas herencias. Daña también gravemente al país al desestimular a los más capaces para producir más.

 

1.     Posición socialista.

2.     Posición católica.

3.     Textos pontificios

4.     El socialismo, enemigo de la herencia

5.     Inviolabilidad del derecho de herencia

6.     Es falso que sólo se adquieran bienes legítimamente por el trabajo

7.     La institución de la familia acarrea la herencia de los bienes

8.     La herencia, hecho natural

9.     Desigualdades de cuna — son deseadas por Dios

10.                       La propiedad rural y la herencia

11.                       El derecho de herencia, estímulo de producción

 

Pero es interesante constatar que en esta polémica queda subyacente la afirmación de que las desigualdades son siempre injustas y que se trata de eliminarlas en toda la medida posible.

Desde los comienzos de la historia, la familia y la propiedad privada existen.

No se trata sólo de una coexistencia fría y fortuita entre ambas instituciones, sino de una simbiosis íntima.

La herencia es una institución en la cual la familia y la propiedad se apoyan mutuamente.

Ser propietario, tener familia, son situaciones que dan al individuo una justa sensación de plenitud de personalidad. Vivir como un átomo aislado, sin familia ni bienes, en medio de una multitud de extraños, le da una sensación de vacío, de anonimato y de aislamiento que es profundamente antinatural.

Es fácil comprender la conexión íntima que existe, en las profundidades del alma humana, entre el derecho que el hombre tiene que apropiarse de los bienes y el derecho de constituir familia.

Posición socialista.

El socialismo, por el contrario, niega en su raíz el principio de que el hombre, ser espiritual, inteligente y libre, es señor de si mismo, de sus potencias, de su trabajo. Para el socialismo, todo pertenece a la colectividad. Por esto, éste también niega la familia.

Para ellos, la nivelación de las condiciones sociales y económicas debe alcanzarse especialmente por medio de fuertes impuestos sobre la herencia.

Ser una persona rica desde la cuna, sin mérito ni trabajo propio, por mero capricho de la suerte, con todas las facilidades para instruirse y acumular riquezas todavía mayores, es una ventaja que contrasta de una manera dolorosa con el desamparo en que, inmerecidamente, nacen otros.

El principio de la igualdad de puntos de partida en la vida corresponde a una elemental y evidente exigencia de justicia.

Posición católica.

En virtud del orden natural de las cosas, la familia origina un derecho de la esposa y de los hijos a los frutos del trabajo del marido o del padre. Y esto es tan cierto con relación a los frutos morales —honra, consideración, influencia— como a los frutos materiales, esto es, a las cosas útiles al cuerpo.

Quien nace, pues, de un matrimonio particularmente dotado por la Providencia con bienes espirituales o materiales queda muy legítimamente favorecido desde la cuna, más que otros nacidos de padres dotados de prendas más comunes. Esta desigualdad inicial es justa, porque Dios, supremo Señor de todos los bienes, da a cada uno como le place. «La naturaleza benigna y la bendición de Dios a la humanidad iluminan y protegen las cunas, las besan, pero no las nivelan» –escribió Pío XII).

Además, si quitásemos a los hombres el derecho de dejar sus bienes a la esposa y a los hijos, eliminaríamos uno de los estímulos más vivos al trabajo. Y esto sería grandemente contrario al bien común.

* * *

La proposición socialista es tan corriente, y la posición católica choca tanto en ciertos ambientes, que conviene mencionar en apoyo de esta última al Doctor Máximo de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino. Dice él: «Es de ley natural que los padres acumulen bienes para sus hijos, y que éstos sean herederos de sus padres» ([1]).

Textos pontificios

El socialismo, enemigo de la herencia

Los socialistas, comunistas y nihilistas «impugnan el derecho de propiedad sancionado por la ley natural, y por un enorme atentado, dándose aire de atender a las necesidades y proveer a los deseos de todos los hombres, trabajan por arrebatar y hacer común cuanto se ha adquirido a título de legítima herencia, o con el trabajo del ingenio o de las manos, o con la sobriedad de la vida» ([2]).

Inviolabilidad del derecho de herencia

«Siempre ha de quedar intacto e inviolable el derecho natural de poseer privadamente y trasmitir los bienes por medio de la herencia» ([3]).

Es falso que sólo se adquieran bienes legítimamente por el trabajo

«… que el trabajo sea el único titulo para recibir el alimento o las ganancias, eso no lo enseñó nunca el Apóstol» ([4]).

La institución de la familia acarrea la herencia de los bienes

«Ley plenamente inviolable de la naturaleza es que todo padre de familia defienda, por la alimentación y todos los medios, a los hijos que engendrare, Y asimismo la naturaleza misma le exige el que quiera adquirir y preparar para sus hijos, pues son imagen del padre y como continuación de su personalidad, los medios con que puedan defenderse honradamente de todas las miserias en el difícil curso de la vida. Pero esto no lo puede hacer de ningún otro modo que transmitiendo en herencia a los hijos la posesión de los bienes fructíferos» ([5]).

La herencia, hecho natural

«De esta grande y misteriosa cosa que es la herencia — es decir, el paso a través de una estirpe, perpetuándose de generación en generación, de un rico acervo de bienes materiales y espirituales; la continuidad de un mismo tipo físico y moral, conservándose de padre a hijo: la tradición que une a través de los siglos los miembros de una misma familia — de esta herencia, decimos, se puede entrever, sin duda, la verdadera naturaleza bajo el aspecto material. Pero también se puede y se debe considerar esta realidad de tan gran importancia, en la plenitud de su verdad humana y sobrenatural.

«Ciertamente, no se negará el hecho de un substrato material a la transmisión de los caracteres hereditarios; para ignorar esto, precisaríamos olvidar la unión íntima del alma con el cuerpo, y en cuánta medida nuestras mismas actividades espirituales dependen de nuestro temperamento físico. Por eso, la moral cristiana no deja de recordar a los padres las grandes responsabilidades que tienen a ese respecto.

«Pero lo que más vale es la herencia espiritual, transmitida, no tanto por esos misteriosos lazos de generación natural, cuanto con la acción permanente de aquel ambiente privilegiado que constituye la familia con lenta y profunda formación de las almas, en la atmósfera de un hogar rico de altas tradiciones intelectuales, morales y sobre todo cristianas, con la mutua influencia entre aquellos que viven en una misma casa, influencia esa cuyos benéficos efectos se prolongan mucho más allá de los años de la infancia y de la juventud, hasta el fin de una larga vida, en aquellas almas selectas que saben fundir en sí mismas los tesoros de una preciosa herencia, con la contribución de sus propias cualidades y experiencias

«Tal es el patrimonio más precioso de todos, que iluminado por una fe firme, vivificado por una fuerte y fiel práctica de la vida cristiana en todas sus exigencias, elevará, perfeccionará y enriquecerá las almas de vuestros hijos» ([6]).

Desigualdades de cuna — son deseadas por Dios

«Las desigualdades sociales, inclusive las que son ligadas al nacimiento, son inevitables; la naturaleza benigna y la bendición de Dios a la humanidad, iluminan y protegen las cunas, las besan, pero no las nivelan.

«Atended, por ejemplo, a las sociedades más inevitablemente niveladas. Ningún artificio logró jamás ser lo bastante eficaz hasta el punto de hacer que el hijo de un gran jefe, de un gran conductor de multitudes, permaneciese del todo en el mismo estado que un oscuro ciudadano perdido en medio del pueblo. Pero si estas disparidades ineludibles pueden parecer, consideradas de una manera pagana, como una inflexible consecuencia del conflicto de las fuerzas sociales y de la supremacía conseguida por unos sobre los otros, según las leyes ciegas que se suponen regir la actividad humana, y consumar el triunfo de algunos, así como el sacrificio de otros; por el contrario, tales desigualdades no pueden ser consideradas por un espíritu cristianamente instruido y educado, sino como disposición deseada por Dios por las mismas razones que explican las desigualdades en el interior de la familia, y, por tanto, con el fin de unir más a los hombres entre sí, en el viaje de la vida presente hacia la patria del cielo, ayudándose unos a otras, de la misma manera que un padre ayuda a la madre y a los hijos.

«Si esta concepción paterna de la superioridad social, a veces, en virtud del ímpetu de las pasiones humanas, arrastró los ánimos a desvíos en las relaciones de personas de categoría más elevada, con las de condición más humilde, la historia de la humanidad decaída no se sorprende con esto. Tales desvíos no bastan para disminuir u ofuscar la verdad fundamental de que, para los cristianos, las desigualdades sociales se funden en una gran familia humana» ([7]).

La propiedad rural y la herencia

«Entre todos los bienes que pueden ser objeto de la propiedad privada ninguno es más conforme a la naturaleza, según enseña la «Rerum Novarum», que la tierra, esto es, la finca en que habita la familia y de cuyos frutos saca enteramente, o al menos en parte, lo necesario para vivir. Y en el espíritu de la «Rerum. Novarum» está el afirmar que, regularmente, sólo aquella estabilidad que se arraiga en la tierra propia hace de la familia la célula vital más perfecta y fecunda de la sociedad, reuniendo espléndidamente con su progresiva cohesión a las generaciones presentes con las futuras» ([8]).

El derecho de herencia, estímulo de producción

«Cuando los hombres saben que trabajan un terreno propio, lo hacen con un afán y esmero mayor; y hasta llegan a cobrar gran afecto al campo trabajado con sus propias manos, y del cual esperan para sí y para su familia no sólo los alimentos, sino hasta cierta holgura abundante. Entusiasmo por el trabajo, que contribuirá en alto grado a aumentar las producciones de la tierra y las riquezas de la nación» ([9]).

Textos adaptados de «Reforma Agraria, Cuestión de Conciencia», Plinio Corrêa de Oliveira y otros autores.


[1] Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, Supp., q. 67, a. 1.

[2] León XIII, Encíclica «Quod Apostolici Muneris», del 28 de diciembre de 1878, A.S.S. vol. XI, pág. 370 (Ex Typographia Polyglota S. C. de Propaganda Fide – 1893)

[3] Pío XI, Encíclica «Quadragesimo Anno», de 15 de mayo de 1931 — A.A.S., vol. XXIII, pág. 193.

[4] Idem, pág. 197

[5] León XIII, Encíclica «Rerum Novarum», de 15 de mayo de 1891 — A. S S., vol. XXIII, pág. 646 (Ex Typographia Polyglota S. C. de Propaganda Fide — 1890, 1891).

[6] Pío XII, Discurso de 5 de enero de 1941, al Patriciado y a la Nobleza Romana — «Discorsi e Radiomessaggi», vol. II, pág. 364.

[7] Pío XII, Discurso del 5 de enero de 1942, al Patriciado y a la Nobleza Romana – "Discorsi e Radiomessaggi", vol. III, pág. 347.

[8] Pío XII, Discurso del 1 de junio de 1941, con ocasión del 50º aniversario de la Encíclica "Rerum Novarum" -"Discorsi e Radiomessagi", vol. III, pag. 116.

[9] León XIII, encíclica "Rerum Novarum", del 15 de mayo de 1891 – A.S.S., Vol XXIII, pág. 663 (Ex Typographia Polyglota, S.C. de Propaganda Fide – 1890, 1891)

7 sep 2011 | por Acción Familia | Tema: Formación Católica

 


 

 

Tags: Derechos Humanos, Discriminación, Familia, Formación, Igualitarismo, Sociedad

Artículos posiblemente relacionados:

·  Por naturaleza, todos los hombres son en un sentido iguales, pero en otro son desiguales

·  La defensa de la familia cristiana, ausente de la política nacional

·  El problema de los cuatro hermanos

·  Un nuevo tipo de "derechas".

·  Una sociedad igualitaria es una sociedad deforme que repugna a la razón

 



 

2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005 2004 2003 2002 2001

 

Principio del formulario

Final del formulario

Tags

Aborto - Actualidad - Adopción - Ambientes Costumbres - Analisis Proyectos - Arte - Blasfemia - calma - Comunicado - Comunismo - Cortesía - Cuaresma - Democracia Cristiana - Derechos Humanos - Devoción Mariana - Discriminación - Ecología - Familia - Familia Divorcio - Familia tradicional - Felicidad - Fiestas Religiosas - Formación - Historia - Homosexual - Ideología de género - Igualitarismo - Indiferencia - Informativo - Laicismo - Libros gratuitos - Navidad - Pedofilia - Pensamientos - Persecución - Rev cultural - Revolución Francesa - Sagrado Corazón - Socialismo - Sociedad - Sufrimiento - Teología Liberación - Tolerancia - Tradición - Videos

 

"Matrimonio" homosexual, contranatura

 

Los niños tienen derecho a una familia y a un matrimonio normal


Las personas homosexuales deben de ser respetadas y protegidas como personas pero su estilo de vida no debe de ser propuesto a los niños como una inocua opción de vida


Por: Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones Familiares

Fuente: ivaf.org

 

Desde hace un tiempo los medios de opinión se esfuerzan en deslegitimar cualquier intento de oponerse por razones científicas y sociales a la ideología del homosexualismo y lo que representa; sobre todo el matrimonio y adopción por homosexuales. No son pocos los que defienden que la sociedad progresa y que tiene un compromiso con el avance social manifestado en la superación de las barreras discriminatorias contra los homosexuales. Los defensores de estas posturas han tratado de difamar a los que defendemos el derecho de los niños a la mejor familia posible y el derecho de la sociedad proponer el matrimonio como unión de un hombre y una mujer diciendo que imponemos nuestras creencias religiosas a los demás y que impedimos el reconocimiento de derechos civiles para todos.  La propia definición de la palabra matrimonio en el diccionario de la Academia de la Lengua dice que es la: Unión de hombre y mujer concertada mediante ritos o formas legales.

 

No es verdad. Estamos a favor de que las personas homosexuales registren públicamente sus amistades íntimas como uniones de hecho en el marco de la protección de la seguridad social; pero insistimos que el reconocimiento de esas uniones como matrimonio va contra el bienestar público, el idioma y de forma particular contra el equilibrio y el desarrollo afectivo de nuestros hijos. Las personas homosexuales deben de ser respetadas y protegidas como personas pero su estilo de vida no debe de ser propuesto a los niños como una inocua opción de vida. Antes de formar tu propia opinión al respecto, considera, por favor, estas reflexiones.


1.-Los homosexuales, como todos, pueden casarse y no es discriminatorio que muchos prefieran no hacerlo. Los homosexuales pueden casarse con los mismos derechos y obligaciones que los heterosexuales. Es decir, sólo con otra persona y sólo del sexo opuesto y que tenga cierta edad y dé su consentimiento. Que un homosexual se queje de discriminación porque no le dejan casarse con alguien del mismo sexo es como si un polígamo se queja de discriminación porque no le dejan casarse con varias mujeres, o un promiscuo con varios y varias a la vez. No hay discriminación: la ley es igual para todos y la sociedad tiene un modelo de matrimonio que ha demostrado su eficacia durante siglos.


2.-Casar homosexuales es un experimento social inédito. Casar personas del mismo sexo es un experimento social que nunca antes se ha intentado. Ninguna civilización ha implantado el matrimonio homosexual. Incluso sociedades que permitían la homosexualidad y hasta la fomentaban en ciertas edades y clases sociales, como los griegos antiguos, entendían claramente el matrimonio como la unión estable entre un hombre y una mujer abiertos a tener hijos. Una cosa eran las prácticas sexuales de los ciudadanos y otra muy distinta la familia y la generación y educación de hijos. La homosexualidad ha adoptado muchas formas en distintas sociedades, pero nunca se le ha relacionado con el matrimonio. Experimentar con el modelo social es irresponsable y peligroso, sin embargo muchos defienden esa experimentación por razones ideológicas de rechazo a la familia y no por razones científicas y ni siquiera de demanda social (la inmensa mayoría de la población mundial está en contra).


3.- No existe el gen homosexual. El homosexual no nace, se hace. No se ha podido demostrar científicamente que la homosexualidad esté ligada a la herencia genética o que la tendencia a ser homosexual esté determinada desde el nacimiento. Sí que se ha demostrado y es defendido por un amplio y respetable sector científico que la prevalencia de la tendencia homosexual obedece a factores ambientales y está condicionada por la propia psicología y la educación. Cualquiera puede realizar actos homosexuales si quiere y cualquiera puede también dejar de realizarlos. Por eso la mayoría de los homosexuales puede dejar de serlo, como la terapia clínica ha demostrado. El homosexualismo insiste en el carácter innato de la homosexualidad para defender que se trata de un hecho natural, sin embargo la ciencia nos dice que la homosexualidad es humana no porque sea genética sino porque es influenciable por el ambiente y por las propias decisiones. Un ambiente proclive a la homosexualidad aumenta el número de homosexuales en ese ambiente, mientras que en un ambiente donde la homosexualidad se tolere pero no se proponga disminuye el número de homosexuales.


4.- Para evitar abusos contra /entre homosexuales o el desamparo legal no hace falta aprobar el matrimonio homosexual. Casi todos los beneficios de un matrimonio a nivel de herencias, transmisión de bienes, propiedades compartidas, etc., pueden regularlo dos (o más) personas con acuerdos legales ante notario, independientemente de que tengan relaciones sexuales. De hecho, las pocas parejas homosexuales realmente interesadas en estos temas ya han establecido acuerdos así. El problema aquí es muchas veces otro: la inestabilidad de estas relaciones hace que muchas de las previsiones relativas al matrimonio no sean aptas para las uniones homosexuales, por esa inestabilidad. Si un homosexual varón tiene como media relaciones con 39 personas a lo largo de su vida, ¿con cuantas se casará? ¿de cuantas se divorciará? ¿cuáles de ellas tendrán esos derechos legales, puesto que con todas, o algunas, ha estado casada? Y cuando se haya hartado de casarse, ¿no tendrán las parejas de hecho posteriores esos mismos derechos?


5.- Legalizar el matrimonio homosexual establece un agravio comparativo con las personas que viven juntas sin relaciones sexuales. Dos ancianas que viven juntas, tres hermanos en una casa, cuatro amigos que comparten piso desde hace seis años...,tienen una relación con afectividad, compromiso y convivencia igual que puedan tener dos homosexuales. Sin embargo, se ven privadas de las ventajas legales del matrimonio gay porque no practican sexo entre ellos. El matrimonio gay en realidad premia a los practicantes de cierto tipo de sexo, privilegiándoles sobre otras convivencias afectivas y estables. Es evidente la diferencia con el matrimonio común, que premia la complementariedad hombre-mujer estable y está abierta a la generación y crianza de los hijos.


6.- Legalizar el matrimonio homosexual establece un agravio comparativo con los polígamos... y con cualquier otra combinación numérica. Al contrario que el matrimonio homosexual, que nunca ha sido aceptado por ninguna civilización, la poligamia tiene una larga tradición en numerosos países y sociedades, incluso en nuestros días. Si casamos a dos hombres, ¿con qué argumentos impediremos a nuestros ciudadanos islámicos o de origen subsahariano que no se casen con dos o más mujeres? ¿Puede un emigrante pedir por reagrupación familiar que vengan sus tres esposas? Al menos, las uniones polígamas tradicionales tienen hijos y suelen ser estables, lo cual es un bien social. ¿Con qué argumento los defensores del matrimonio gay lo impedirían? En los ambientes homosexuales lo que ya se pide es la aprobación de la poligamia bisexual. Un famoso escritor lo ejemplificaba en un número de la revista homosexualista Zero: un amigo suyo está casado con una mujer, madre de sus hijos, y la quiere; pero es homosexual, y tiene una relación con un hombre. ¿Por qué esconderlo? ¿Por qué no casarse todos entre ellos? Así, los niños tendrían dos papás, que siempre es mejor que uno. Cuando el matrimonio deja de ser lo que es (un hombre y una mujer unidos en un acto de amor que puede generar nuevas vidas), entonces puede re-definirse para ser cualquier cosa.


7.-Legalizar el matrimonio gay debilita al matrimonio heterosexual, igual que la moneda falsa debilita la moneda verdadera. Muchas personas piensan que no les afecta en nada que los homosexuales se casen. Es lo mismo que pensar: "no me afecta en nada que haya gente que haga circular falsos billetes de 100 euros, yo soy honrado y no los usaría, de hecho casi nunca veo billetes de 100 euros". Sin embargo, es evidente que la circulación de moneda falsa nos afecta a todos, porque se pierde confianza en la moneda, la gente la usa con reticencias y prefiere usar otras monedas (dólares, por ejemplo) o no comerciar o no aceptar ciertos billetes y al final la economía de todos se resiente porque todo es más costoso. Lo mismo pasa cuando se hace circular un matrimonio falso como si fuese matrimonio. En los países nórdicos, donde a las uniones se les equipara al matrimonio, la mitad de los niños nacen fuera del matrimonio. Al darle a la unión homosexual la vitola de matrimonio se da el mensaje a la sociedad de que en realidad casarse no significa nada ni se contrae ninguna responsabilidad ante los hijos. Como consecuencia la gente no se casa y su compromiso es débil. Igual que la moneda falsa crea desconfianza en el sistema económico, el matrimonio falso crea desconfianza en el compromiso inter-personal y social. Una sociedad basada en la desconfianza, la desvinculación y la falta de compromiso nunca funcionará tan bien como una basada en familias estables, comprometidas de por vida por el bienestar de los cónyuges, hijos y parientes.


8.- En realidad, pocos homosexuales se casan; el objetivo del movimiento gay es destruir el matrimonio heterosexual. Lo han reconocido muchas veces los líderes homosexuales en España y en el resto del mundo. En realidad muy pocos de ellos quieren "casarse". Pero el movimiento del homosexualismo político se vuelca en la exigencia del matrimonio para cambiar la sociedad y eliminar una institución (el matrimonio monógamo y de por vida) en la que no creen. "Luchar por el matrimonio del mismo sexo y sus beneficios y entonces, una vez garantizado, redefinir la institución del matrimonio completamente, pedir el derecho de casarse no como una forma de adherirse a los códigos morales de la sociedad sino de desbancar un mito y alterar radicalmente una institución arcaica. [...] La acción más subversiva que pueden emprender los gays y lesbianas [...] es transformar por completo la noción de familia" [Michael Signorile, activista homosexual y escritor, citado en Crisis Magazine, 8 de enero de 2004] . El activismo homosexual no quiere formar "familias como las demás". Más bien, quiere llegar a que todas las familias sean como las suyas, para lo cual la clave es desmontar "conceptos arcaicos y caducos como fidelidad, monogamia, compromiso, fecundidad, paternidad/maternidad", etc.


9.- Legalizar el matrimonio homosexual significa legalizar la entrega de niños a homosexuales. Hay gente que dice "yo veo bien que los gays se casen pero no que adopten niños". Es un error pensar que se va a legalizar el matrimonio sin la adopción: si se legaliza el matrimonio incluirá siempre la adopción. Quien apoye una cosa estará apoyando, quiera o no, la otra porque nuestro derecho permite adoptar conjuntamente a los cónyuges: una vez casados, ya son cónyuges, y podrán adoptar Aunque algunas lesbianas tienen hijos de anteriores relaciones o los han buscado (mediante inseminación artificial o con la cooperación de un hombre) la adopción se plantea para que los homosexuales que, obviamente, no tienen niños, accedan a la educación de niños que, obviamente, eran de parejas heterosexuales. La adopción de homosexuales tiene diversas desventajas para la sociedad que la permita, empezando por que la escasez de niños hace que se traigan de China, Rusia y otros países... que no van a dar niños a países donde los homosexuales adopten. Así, el deseo de una minoría ínfima va a dificultar a miles de matrimonios que quieren adoptar. Pero el punto clave es que un niño tiene derecho a un padre y una madre, derecho conculcado si se le entrega a dos hombres o a dos mujeres. Dos personas del mismo sexo no son idóneos para la cría y educación de los niños, que carecerían de referente paterno/masculino (si son dos lesbianas) o materno/femenino (si son dos homosexuales).


10.- Legalizar el matrimonio homosexual significa poner toda la maquinaria educativa y mediática del Estado al servicio del homosexualismo político. Si el matrimonio gay es legal, se enseñará en las escuelas. Los libros de texto de los niños explicarán la doctrina que las asociaciones homosexualistas hayan indicado: que la homosexualidad es normal, que es bueno tener dos papás y dos mamás, que los niños deben experimentar con su sexualidad para descubrir qué sexo les atrae más y que las personas que se oponen a la homosexualidad (como los papás de los niños cristianos) son intolerantes. Por supuesto, cada serie de televisión tendrá su pareja de homosexuales o lesbianas con niños, conviviendo felices para ejemplo y edificación de tantos matrimonios con problemas. De hecho, hay en España centros de scouts y de ocio infantil que activamente difunden ya esta ideología.


11.- Legalizar el matrimonio homosexual implicará a medio plazo multas y penas de cárcel para quien critique la actividad homosexual. En Suecia, donde hay uniones gay desde 1995 con adopción de niños desde 2002, se decretó pena de cárcel para un pastor luterano que se limitaba a predicar las palabras de San Pablo sobre la homosexualidad. Otro país donde criticar la homosexualidad ha significado multas y juicios es Canadá. El grado de respetabilidad de la relación gay (no ya de la persona, que obviamente es merecedora de respeto simplemente por ser persona) será extremo y su crítica punible. La libertad de expresión se verá recortada y probablemente también la libertad religiosa. Muchos de nuestros obispos y líderes cristianos acabarán en la cárcel.


12.- La legalización del matrimonio homosexual provocará un descenso de la calidad de vida. Los homosexuales tienen menor esperanza de vida y son más propensos a sufrir conflictos psicológicos y a manifestar tendencias suicidas. Muchos homosexuales viven la homosexualidad como sufrimiento. Las mismas publicaciones gays muestran el alto índice de incidencia de desórdenes afectivos y de patologías conductuales entre el colectivo homosexual. El sida, con ser uno de los factores más importantes, no es, desde el punto de vista de la salud, el que más incide en la disminución de la esperanza de vida gay. La homosexualidad va generalmente acompañada de adicciones no saludables y de trastornos como ansias neuróticas y, en la edad más adulta, de soledad. La propuesta generalizada de la homosexualidad como opción de vida saludable originaría un incremento de los gastos sanitarios para toda la sociedad


13.- Legalizando el matrimonio homosexual, España ensanchará su abismo con otras civilizaciones y la propia cultura occidental. Casar homosexuales y devaluar la familia no va a ayudar nada al diálogo Oriente-Occidente ni a mostrar las bondades de la democracia. Llamar "derechos humanos" al matrimonio homosexual va a servir para erosionar los verdaderos derechos humanos, para que el mundo no Occidental vea que Occidente impone una moral (o una inmoralidad, desde su punto de vista) no basada en la naturaleza común del ser humano sino en el individualismo, el materialismo y el hedonismo. Millones de musulmanes y de chinos (y la autoridad moral de Occidente) van a ser perjudicados por esta piedra en el camino de extender una auténtica democracia y derechos humanos para todos. Hay pues razones prácticas de convivencia internacional para que una sociedad responsable diga "no" al matrimonio entre homosexuales desde el respeto a estas personas.


Ninguno de nuestros argumentos ha sido de índole religiosa. Permitir el matrimonio homosexual y la adopción de niños por homosexuales es atentar contra las familias y supone un grave daño a los niños y a la sociedad entera.