miércoles, 4 de julio de 2012

COMENTARIO DE CATON


Junio / 2012

Queridos amigos:

Les comparto este importante comentario de mi amigo y profesor del Ipade, Miguel Ochoa Torres, como respuesta a lo escrito por el periodista Catón. Es importante leerlo, pues es de primerísima mano sobre el conocimiento de la candidata, su desarrollo, su familia y sus actividades comerciales. Muchos saludos

Gustavo Maldonado Soto

Hola, jóvenes: creo que Catón tiene, como casi siempre, mucha razón. Cada quien tomaremos, como es natural, nuestra propia decisión. Y recibiremos las consecuencias correspondientes. Yo, en privado, les manifiesto que voy a votar por ella. Tendrían que ocurrir eventos muy graves para que cambiara de opinión.

Josefina es una mujer culta, con experiencia política (fue Secretaria de Desarrollo Social en el sexenio de Vicente Fox, e hizo muy buen papel). Ha estado cerca de los pobres. Es emprendedora, lo cual significa que no necesita hacer “negocitos turbios” para vivir (su familia es dueña de más de doscientas tiendas COMEX). Don Alfredo Achar está feliz de tenerla en COMEX. Lo sé porque tengo muchas relaciones comerciales con él, con Marcos, su hijo y con León Cohen, director general de tiendas COMEX.

Josefina es buena esposa, madre y ciudadana. Me consta porque he participado, igual que Joan Ginebra, en el Consejo de sus negocios familiares. Conozco a su padre, que empezó como chofer en COMEX, y a uno de sus hermanos, que hizo el Master en el IPADE.

Espero que el pueblo de México sepa valorar la oportunidad maravillosa que tiene entre manos. De aquí dependen cosas muy importantes para el futuro de nosotros y de nuestros hijos… y nietos. Perdón por este ‘rollazo’, pero creo que el tema, y el riesgo de no aprovechar esta oportunidad, exigen, de cada uno de nosotros, una decisión reflexiva y muy comprometida.

Les mando un fuerte abrazo. Afectuosamente, Miguel Ochoa Torres.


Punto medio:

Por Catón

La elección hecha por los panistas, que parecía se iba a poner histérica, se volvió histórica.

He aquí que por primera vez una mujer tiene posibilidades reales de llegar a ser presidenta de México.

La candidatura de Josefina Vázquez Mota, en efecto, es viable, y no meramente simbólica o de mentirijillas, como las postulaciones de las señoras que han sido antes candidatas presidenciales.

Los militantes de Acción Nacional deben sentir orgullo por haber hecho esta elección.

A pesar de los manipuleos oficialistas que enturbiaron el proceso, los panistas superaron en ejercicio democrático a sus adversarios de otros partidos.

El candidato del PRI lo fue por obra de acomodos cupulares, lo mismo que el del PRD, cuya pregonada encuesta tuvo todos los visos de una negociación hecha igualmente en las alturas.

En cambio los miembros del PAN parecieron volver a sus orígenes, y llevaron a cabo una elección que legitima plenamente a su candidata y la fortalece de cara a la contienda constitucional.

Ahora la designación de Josefina Vázquez Mota significa para los electores un compromiso de orden ético.

Su persona es irreprochable tanto en el ámbito de lo privado como desde el punto de vista de su comportamiento público.

Desde ese punto de vista, el de la valoración axiológica, supera por mucho a los otros candidatos.

Si un ciudadano quiere normar su voto atendiendo a una premisa de estricta moral política, sin atender a posibilidades de triunfo o a otras consideraciones pragmáticas, está claro que debe dar su voto a la señora Vázquez Mota.

Su postulación aporta un inapreciable elemento de decencia política a la contienda electoral, elemento muy necesario en estos tiempos en que la mayoría de los protagonistas de la vida pública parecen compartir el cínico apotegma del truhán que dijo que moral es un árbol que da moras.

La presencia de la candidata panista en la campaña por la Presidencia, sin embargo, no es una mera nota de idealismo, ni un adorno que nos da traza de modernidad.

Pienso que Josefina Vázquez representa -si rompe los vínculos que debe romper- la mayor posibilidad de un cambio positivo en México.

Con Enrique Peña Nieto se perpetuaría, y aún se acentuaría más, el statu quo que favorece a sus patrocinadores, los dueños del poder y del dinero.

Andrés Manuel López Obrador promete transformar el país, pero no sabemos qué tan radicales podrían ser los cambios que propugnaría.

(Otro Venezuela y otro Chavez pero ahora en Mexico).

Si alguien considera que las cosas en México deben cambiar en modo drástico, que aquí lo que se necesita es una revolución, sea cual fuere el procedimiento para hacerla, e independientemente de su costo y consecuencias, entonces debe dar su voto a AMLO.

Entre esos dos extremos, el de la vuelta a lo mismo y el de la probabilidad de un extremismo radical de alcances impredecibles, Josefina Vázquez Mota viene a ser el punto medio, el de una mujer que conoce los problemas de México, y que con su capacidad de convencimiento y de conciliación podría lograr que los grupos de poder -partidos, grandes empresarios, sindicatos, etcétera- pusieran finalmente el bien nacional por encima de sus particulares intereses, siquiera sea por instinto de conservación.

Toca ahora a la candidata panista ganar el voto de quienes pueden llevarla a la Presidencia: las mujeres -en política muchas de ellas suelen ser más machistas que los señores-; los jóvenes, cuya participación será definitiva en esta elección, y ese vasto sector, la clase media, (Ni todo el estado de Coahuila), que no quiere el regreso del PRI y a la que inquietan la personalidad, los antecedentes y los acompañantes de López Obrador.

Yo me congratulo por la presencia de esta señora en la contienda presidencial.

Su candidatura, a más de ser importante, tiene viabilidad, sobre todo si los electores hacen un ejercicio de comparación entre los candidatos. Josefina Vázquez Mota es una valiosa mexicana que ha hecho de la política y de la función pública una ocasión de servicio, no de búsqueda de poder, y menos aún de medro personal.

La presencia de una mujer dará altura y dignidad a la contienda.

Claro, a condición de que esa mujer no haga política como la que los hombres hemos hecho... FIN.



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