jueves, 25 de agosto de 2011

Me sorprendí rompiendo lo viejo

Por: Behjes Tohrio


 
Me sorprendí rompiendo papeles viejos, y sacudiendo cajones, hurgando en mi pasado y echando a la basura lo que en algún momento guardé y ahora lo tiro.


Mis cajones llenos de notas, papelitos, pilas viejas, agendas caducadas y mil cosas que en otro momento atesoré, para que el día de hoy los tire a la basura.


Guardamos compulsivamente, por si en algún momento lo necesitamos, y al pasar los años nos damos cuenta que vivimos rodeados de cosas sin utilidad, recuerdos vanos, aferrándonos a ellos por si algún día los vamos a ocupar


Un boleto del metro, que fácilmente tiene 15 años, la garantía de una grabadora que ya ni existe, el manual de un televisor que le regalé a mi madre hace mas de 10 años, notas de supermercado, tarjetas de felicitación, y la invitación a una boda de gente que ni conozco, llaveros, etc...

Tiré tantas cosas que llené dos cajas grandes, que se fueron directos a la basura, por fin, el orden, y el espacio suficiente para cosas nuevas que algún día serán parte de mi pasado, y que probablemente nunca las llegue a ocupar.


Me doy cuenta que también he atesorado sentimientos que nunca pienso ocupar, como el odio, el celo, la ambición desmedida, el egoísmo, y que ahora me encuentro echando a la basura junto con ese par de cajas con recuerdos, quedando más espacio para la compasión, la paciencia, el amor y el perdón.


Teniendo orden en la casa, y orden en mis sentimientos, siempre queda más espacio para llenarlo con lo mejor de nosotros, para llenarlo de amistad y de comprensión, que en el camino de la vida, nos servirán más que cualquier tesoro. Es importante tener en orden todo, primero un gran lugar para Dios, después, otro para la familia y los amigos, todo con sus prioridades


Pero es muy importante mantener una vacante, siempre limpia y disponible en todo momento porque nunca sabremos cuando la vamos a necesitar, en algún momento, o en algún lugar, tal vez alguien requiera de ese espacio en nuestro corazón, para encontrar alivio a sus penas, y reconfortarse en un corazón amigo, con la confianza de que quien lo escucha sabrá comprenderlo, para compartir sus penas y alegrías.


Bien, hoy es un buen día para limpiar los cajones y poner nuestras cosas en orden, empezando por nuestro corazón.

 

 



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