Por Federico Müggenburg
Julio de 2011
En poco más de dos meses hemos visto como la putrefacción del viejo sistema sigue saliendo a la luz. El primer caso fue la denuncia del narcotraficante encarcelado, Benjamín Arellano Félix, acusando a Rodolfo León Aragón, entonces jefe de la Policía Judicial Federal, de haberle exigido 10 millones de dólares para "desviar" la investigación del asesinato del cardenal Posadas, que habían realizado sus propios agentes policiacos. El segundo es la detención del ex presidente municipal de Tijuana, Jorge Hank Rhon, a quien le encontraron en su propio hogar, un arsenal de armas y municiones de uso exclusivo del Ejército.
El tercer caso es la "desaparición" de Vicente Chaires, secretario administrativo de Humberto Moreira, cuando era gobernador de Coahuila y luego coordinador administrativo del PRI, siendo ya Moreira el presidente, denunciado por riqueza inexplicable, al convertirse en próspero empresario de radiodifusión en Coahuila y de bienes inmobiliarios en Texas.
El cuarto es la acusación en medios de prensa, pero no formal ni jurídica, de una extorsión de la señora Elba Esther Gordillo, post priista, hoy panalista, lideresa del Sindicato Nacional de los Maestros de Educación, a otro post priista, hoy panista, Miguel Angel Yunes, cuando éste era director del ISSSTE, por 20 millones de pesos mensuales.
El caso de León Aragón, produjo una reacción imprevista. La extradición inmediata de Arellano Félix a los Estados Unidos y el silencio sepulcral de los implicados, (Jorge Carpizo, Jorge Carrillo Olea y otros) jefes y subordinados del jefe de la Policía Judicial Federal. Arellano incluyó en su declaración ministerial, con duración de ocho horas, "tener testigos de todo lo que afirma", reservándose el derecho a decir sus nombres más adelante.
El caso de Hank, quedó "resuelto", cuando una juez determinó que, no se probó el delito de posesión de armas, porque el procedimiento de detención no tuvo fundamento. Así, quienes quedaron en vergüenza, fueron los responsables del operativo, miembros del Ejército Mexicano.
Se escribió sobre este tema en abundancia, señalándose un supuesto o real paralelismo con el famoso "quinazo", que ordenó Carlos Salinas de Gortari, en contra de, Joaquín Hernández Galicia, "a" La Quina, el corruptísimo líder sindical petrolero, quien estuvo en contra de su candidatura presidencial, al extremo de haber publicado un libro titulado "Un asesino en la Presidencia", que rescataba del "olvido" la eliminación por disparo de escopeta, de una menor de edad, -chica de servicio en la casa de la familia Salinas de Gortari- a manos de tres niños, Carlos y Raúl y otro amiguito de la familia.
De todo lo dicho y sucedido en el caso Hank, lo más escandaloso ocurrió cuando el arzobispo de Tijuana, Rafael Romo Muñoz, y los obispos de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías, y el de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, enviaron al detenido cartas de "apoyo y compasión", exaltando "sus virtudes humanas, familiares y ciudadanas", creando con ello un escándalo sin precedentes en la historia de la Iglesia en México.
Hemos tenido obispos, -unos cuantos pero suficientemente escandalosos- con desviaciones doctrinales, pastorales y morales, pero nunca un caso como este. El desprestigio público del connotado priista, hijo de Carlos Hank González, uno de los más famosos integrantes del Grupo Atlacomulco, resulta ser un transgresor público y sistemático de los mandamientos V, VI, VII y VIII, de la ley de Dios, datos "ignorados" por los tres obispos, quienes hicieron su elección a favor de un nuevo "Barrabás". Por supuesto que este daño moral al "Cuerpo Místico" y a los fieles católicos, amerita una reparación y un desagravio, que estaremos esperando con mucha atención.
El caso de Chaires, provocó el silencio total de Humberto Moreira, presidente del PRI, hasta que finalizaron las elecciones de gobernador en Estado de México, Nayarit y de Coahuila, en donde se postuló y ganó su hermano, Rubén Moreira.
El otro caso, ventilado a raíz de las declaraciones de la señora Gordillo, (fiel a las tesis del libro "El Elogio de la Traición") explicando su "alianza" con el presidente Calderón, -"ya que no había otro con quién hacerla"-, pidiendo a cambio del "apoyo electoral", las direcciones de la Lotería Nacional y la del ISSSTE, (pero nada dijo de la Subsecretaría de Educación, para su yerno).
En dicha entrevista de prensa Gordillo incluyó "la necesidad de hacer una auditoría al ISSSTE", que había dirigido hasta hace poco su incondicional Miguel Ángel Yunes. Cabe recordar que Yunes fue secretario de gobierno del Estado de Veracruz, cuando Patricio Chirino fue gobernador, quien pasaba gran parte del tiempo en Los Pinos, asesorando y redactando discursos para Carlos Salinas, razón por la que las "riendas" del gobierno veracruzano quedaban en manos de Yunes. Muchos veracruzanos guardan en la memoria el "peculiar estilo" de ejercer dichas funciones gubernamentales.
No se pude saber aún el desenlace que tendrán estas mutuas acusaciones entre Gordillo y Yunes, ya que de proceder el poder judicial, saldrían muchas más evidencias de la inmundicia de corrupciones del "viejo sistema", que no les convienen tampoco a algunos "panistas", que se han contaminado de la putrefacción del viejo sistema. También es importante tomar nota de la corta memoria de muchos votantes que parecen haber optado por la "regresión" y otros que desanimados o desilusionados por la falta de contundencia en la lucha contra la corrupción, se vienen sumando a la cada vez más amplia lista de los abstencionistas.
Como remate a todas estas mugres, la "justicia" mexicana finalmente exime de toda culpa a Jorge Hank Rohn, eximio priísta. ¡Acabáramos!
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