miércoles, 10 de marzo de 2010

Beatriz contra las paredes

 

Por: René Mondragón

Febrero / 2010

 

"Equilibrismo", "indefinición", "opacidad" o "gatopardismo", como usted prefiera, parece ser la divisa ideológica del priísmo. Se nota más, conforme se van acercando los tiempos de la elección presidencial, no importa si hablamos de 1940 o de 2012. Así ha sido siempre.

 

Recuerdos del porvenir

 

Para no irnos tan lejos, basta recordarle a mis hermosísimas lectoras y cuadernísimos lectores, aquellas frases apoteósicas de "Ni bien, ni mal, sino todo lo contrario". O aquella otra que señalaba el caminar de la nación: "Para México sólo hay dos caminos: México Libre… o México Cuota".

 

Ésa ha sido la estrategia de siempre. Manejarse en términos de claroscuros, de nebulosas ideológicas, particularmente cuando se trata de definiciones serias que comprometen.

 

Esta indefinición siempre ha dado resultados para la causa tricolor. Se trata de un partido político que no es ni de izquierda ni de derecha, sino todo lo contrario. Y dependiendo de los escenarios políticos y las coyunturas del momento, algunas veces se ha auto-calificado como de "centro", de "centro-izquierda" o de "centro-derecha".

 

No han faltado las definiciones gelatinosas, como la de ser un partido "revolucionario" y a la vez, "institucional". De fondo, la contradicción es extraordinaria, porque plantea una "revolución estática" o instituciones que se revolucionan, cambian y se transforman en un proceso inacabado, al más puro estilo de la "revolución permanente" descrita por Marx y Engels, pero un poco tímida.

 

Es como la "Zona Rosa" de la ciudad de México. No se autodefine ni se proclama como el clásico prototipo de las zonas rojas de Tijuana, de Veracruz o Sinaloa. No. Es "totalmente rosada". Se abre a las tentaciones de la carne, se entrega, no claudica, pero evidencia todavía cierto pudor infantil y adolescente. Por eso es "rosa".

 

Hoy por hoy, para Beatriz Paredes el problema sigue siendo el mismo que para todos sus antecesores: definirse con claridad y precisión en temas de primordial interés para los mexicanos.

 

Frente al tema del aborto, las uniones gays o la defensa de la familia, Beatriz se encuentra, literalmente, contra las paredes de su propio partido y la congruencia con su personal formación en este terreno.

 

Las paredes de Beatriz

 

Yo no podría precisar si se trata de paredes, muros de concreto hidráulico o una camisa de fuerza con matices de acero forjado. Para el caso es lo mismo. La dirigente del PRI se ha encerrado-empalizado sola.

 

Para todos los mexicanos –así lo creo­– esto resulta revelador, clarificante y puntual, porque responde a la pregunta siguiente: "¿Hacia dónde camina el PRI cuando se trata de temas trascendentes como la defensa de la vida, de la familia; la libertad de creer, de expresar la propia fe, de educar a los hijos en nuestras tradiciones y creencias; y de los valores de orden superior?".

 

Beatriz Paredes y el aborto

 

"Creo que cada mujer debe decidir sobre su cuerpo y no que los legisladores tomen esa decisión". Esa fue su declaración, pensada, madurada, analizada a fondo y con información suficiente y apropiada. No puede ser de otra manera porque la tlaxcalteca es así; sabe lo que quiere y conoce el terreno que está pisando.

 

Si esto es cierto, la mujer que actualmente es secretaria de la Internacional Socialista, se ha confrontado contra un pueblo que cree en la defensa de la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Para la señora Paredes, las tesis del feminismo perredista son valederas. Es la decisión de la mujer "sobre su cuerpo".

 

Sin embargo, Beatriz se resbala cuando cae en una enorme contradicción. Afirma que los legisladores no deben tomar esa decisión. La pregunta es al bote-pronto: ¿Beatriz se opone, entonces, a las reformas legislativas introducidas y validadas por la Asamblea Legislativa del DF (ALDF)?

 

¿La dirigente priísta se opone a los legisladores que en una decena de estados de la República han legislado en defensa de la vida? ¿Beatriz Paredes de qué lado está frente a la controversia constitucional que se revisa en la Suprema Corte sobre el tema de las uniones homosexuales?

 

Como se puede apreciar, la indefinición y la opacidad vuelven a campear en el ambiente de la dirigencia priísta.

 

Otras camisas de fuerza para Paredes Rangel son las presiones que sigue recibiendo –resistiendo "estoicamente"– de parte de los mil grupos feministas de izquierda que cuentan o no con militancia dentro de su partido. La molestia de estos grupos de presión radica en que la tlaxcalteca no hizo ningún tipo de pronunciamiento cuando en 17 estados del país se votó en contra del aborto. Es decir, nuevamente la indefinición sobre temas torales.

 

Y a pesar de los planteamientos gelatinosos, la divisa de "ni sí, ni no, sino todo lo contrario" resurge: "Feministas que han participado en estos temas tienen una irritación fundada, porque en algunos estados se hicieron reformas a las constituciones locales que, desde su perspectiva, afectan los derechos de las mujeres".

 

Obsérvese bien el tratamiento de la comunicación: ellas –las feministas­­– están preocupadas. Yo no, son ellas las dueñas de la preocupación. Sin embargo, su irritación es "fundada". O sea, tienen razón en irritarse y su molestia tiene fundamento. Porque "desde su perspectiva" –que no necesariamente es la mía, sino la de ellas­– las reformas constitucionales afectan los derechos de las mujeres".

 

Lo que significa una especie de "sí, pero no" y "no, pero sí". ¿Le queda claro a nuestros lectores, no?

 

Por si hay dudas todavía

 

Si aún hay alguien a quien le parezcan excesivos los razonamientos que comentamos, les ruego a mis pacientes lectores revisar los asertos que siguen.

 

Con referencia a las uniones gay, la dirigente nacional del PRI aseguró a los medios, que ella no ha dado su opinión, porque tiene un  punto de vista "ultra-vanguardista" en ese tema y otros muchos.

 

No me imagino a qué se refiere con "ultra-vanguardista". ¿Será algo así como "contraer nupcias" con el mejor amigo del hombre" o elevar a rango constitucional el amor libre con un hámster?

 

Y para que no quede nada en el aire, la siguiente respuesta que Beatriz Paredes le regaló a un reportero de "Excélsior", resulta reveladora: "Si tú me preguntas si estoy a favor del matrimonio: yo estoy de acuerdo en el matrimonio entre los heterosexuales y entre las personas del mismo sexo".

 

¿Verdad que las tesis ideológicas del PRI y el PRD no son tan diferentes como se piensa?

 

 

 

 



 





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