jueves, 17 de diciembre de 2009

¡Ah qué gringos tan delicados!

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Junio / 2009

 

Reveló un gobernador de EE.UU. que tiene una amante argentina y se desató la tormenta política con ribetes tele-novelescos.

 

El gobernador republicano de Carolina del Sur, el presidenciable Mark Sanford, reapareció después de cinco días de una misteriosa ausencia y confesar que había estado en Buenos Aires con su amante, una argentina con la que engaña a su esposa desde hace un año.

 

Si bien Sanford no quiso revelar el nombre de su amante, en los medios locales fue identificada como María Belén Chapur, una porteña morocha de 43 años, divorciada desde hace varios años. Chapur, que vive en un departamento del barrio de Palermo, tiene dos hijos de su anterior matrimonio, trabaja para una empresa agropecuaria, es políglota y se mantiene en excelente estado físico haciendo mucho deporte.  

 

Declaró Sanford: "Le he sido infiel a mi esposa. Desarrollé una relación con quien comenzó siendo una muy querida amiga de la Argentina. Empezó muy inocentemente, como creo que muchas veces empiezan estas cosas, con mensajes de e-mail y consejos sobre su vida allá y mi vida acá. Pero en el transcurso del último año se convirtió en algo mucho más que eso. Como consecuencia, la herí a ella, a mi esposa y a mis hijos", reconoció en una explosiva conferencia de prensa el funcionario, de 49 años, quien había sido visto por última vez el jueves pasado por la noche.

 

El misterio había comenzado el viernes. Como Sanford no había traspasado oficialmente el poder al vicegobernador y ni su equipo de colaboradores ni su esposa sabían dónde se encontraba, su "fuga" generó todo tipo de especulaciones durante el fin de semana del Día del Padre.

 

Al ser consultada sobre el paradero de su marido, su esposa, Jenny, con quien tiene cuatro hijos varones, dijo que no sabía dónde se encontraba, aunque indicó que le había dicho que se alejaría unos días para escribir. Ante la presión de los medios y de los políticos locales, el lunes por la noche, el vocero del gobernador, Joel Sawyer, dio a conocer un comunicado en el que decía que Sanford estaba haciendo hiking por los montes Apalaches.

 

Sin embargo, una periodista del diario The State, el más importante de Carolina del Sur, halló al escurridizo gobernador ayer por la mañana en el aeropuerto de Atlanta, de regreso de su "aventura" en la Argentina.

 

Acorralado, Sanford primero esgrimió que se había ido en un viaje solitario a la "exótica" Argentina, y que había pasado unos días recorriendo la costa de Buenos Aires. Luego, al llegar a Columbia, la capital estatal, improvisó la conferencia en la que se desahogó.

 

"Todo lo que puedo decir es que les pido perdón. He pasado los últimos cinco días de mi vida llorando en la Argentina", afirmó el hombre, abatido. "Estoy decidido a intentar aclarar mi corazón", dijo entre lágrimas contenidas, dando a entender que su affaire había terminado.

 

Inmediatamente, Sanford, que era señalado ya como posible candidato presidencial republicano para las elecciones de 2012, anunció que renunciaría como presidente a la Asociación de Gobernadores Republicanos, aunque no quiso adelantar si también abandonaría la gobernación. Contó además que su esposa se enteró cinco meses atrás de su relación con la mujer argentina, a la que había conocido unos ocho años antes y con la que se vio tres veces en el último año.

 

Tras el silencio inicial, Jenny Sanford emitió un comunicado en el que informó que habían estado pensando en hacer terapia de pareja, pero que estaban separados desde hacía unas semanas a pedido de ella.

 

"Llegamos a un punto en el que sentí que era importante poder mirar a mis hijos de frente y mantener mi dignidad, mi respeto personal y mi sentido básico de lo que está bien y lo que está mal. Fue por eso que le pedí a mi marido que se fuera. Durante este corto período de separación acordamos que Mark no nos contactaría. Mantuve esta separación en silencio por respeto a su cargo y su reputación", indicó la primera dama estatal, proveniente de una adinerada familia.

 

A pesar de que la esposa se declaró dispuesta a perdonar a su marido por sus transgresiones, lo que está en riesgo ahora es su carrera política, luego de que algunos miembros de su propio partido le exigieron la renuncia.

 

El caso de Sanford se suma al escándalo que provocó hace dos semanas el senador de Nevada, John Ensign, que admitió que había tenido un affaire con una joven asesora de su campaña.

 

Sanford había representado a Carolina del Sur durante tres períodos en la Cámara de Representantes, donde curiosamente en 1998 votó en favor de enjuiciar al presidente Bill Clinton por su aventura extramatrimonial con Monica Lewinsky.

 

Y aunque los demócratas analizaban ayer todos los detalles del caso para intentar sacar rédito político, entre sus propias filas también hubo recientemente algunos casos similares. El año pasado, un escándalo de prostitución forzó al gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, a renunciar a su puesto. Pocos meses más tarde, el ex senador y ex candidato presidencial demócrata John Edwards también sepultó su carrera política al admitir que le había sido infiel a su esposa.

 

Gran despliegue de medios extranjeros.  La tranquila calle República de la India, en Palermo, en donde presuntamente vive la mujer que fue identificada como la amante del gobernador de Carolina del Sur, Mark Sanford, estuvo ayer revolucionada por un gran despliegue de medios de comunicación del exterior, que llegaron hasta allí en busca de la foto de la mujer.  Se convirtió, de la noche a la mañana, en el centro de los caníbales –léase periodistas--  dispuestos a engullirse viva a María por su quizás único pecado: amar.

 

En México un asunto así, y a pesar del insidioso Primer Poder –la prensa escrita y electrónica--  que nos gastamos los mexicanos, hubiera pasado sin mayor importancia.  Después de los sainetes amorosos que nos brindaron: Maximino Ávila Camacho, Miguel Alemán, María Izaguirre de Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, José López Portillo.  Y eso por nombrar únicamente a los presidentes de la República, porque si nos arrancamos con gobernadores y altos funcionarios no acabamos; lo del Gobernador de Carolina del Sur es un affaire de niño chiquito.

 

 

«EL RESPETO A LA LEY ENALTECE NUESTRO ESPÍRITU»
 



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