Prof: Federico Müggenburg Diciembre / 2009 Hace años, siendo Nuncio Apostólico en México, Monseñor Girolamo Prigione, declaró a los medios de comunicación enfáticamente: "Méndez y Ruiz, voces aisladas", al referirse a las llamativas provocaciones que ambos obispos, de Cuernavaca y San Cristóbal de las Casas, respectivamente, hacían fuera del contexto de la doctrina y la pastoral de la Iglesia Católica, desentonando y contradiciendo al Magisterio Romano y al conjunto de los demás obispos mexicanos. Ahora ha vuelto a ocurrir la enésima intervención desafortunada de Monseñor Samuel Ruiz, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, y Monseñor Raúl Vera, obispo de Saltillo, con motivo de los sucesos derivados de la liquidación de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) y, en consecuencia, de la desaparición funcional del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Este hecho ha provocado que "todas las izquierdas", ahora se dice, "coordinadas" por Víctor Manuel Camacho Solís, estén orquestando una campaña mediática para defender la causa, indefendible de un sindicato convertido en el modelo paradigmático de la corrupción sindical, que fuera una de las piezas clave del "viejo sistema político" encarnado en el priato. En un "encuentro" realizado el 12 de noviembre en el auditorio del SME, al que también asistió la senadora y "luchadora social", la señora Rosario Ibarra de Piedra, los dos prelados pidieron a los electricistas asistentes, "no darse por vencidos en su esfuerzo por recuperar su fuente de trabajo en LyFC". En dicha reunión participaron otros sacerdotes, entre quienes destaca el Padre Carlos Rodríguez S.J., del famoso Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), que tantos dolores de cabeza ha ocasionado a muchas empresas de la zona norte del país, particularmente a las maquiladoras de la zona fronteriza, así como sus intromisiones en las industrias en Monterrey y en Saltillo. El Cereal también ha seleccionado como campo de su acción "preferente", a los sindicatos universitarios de las universidades particulares. Estos clérigos, fundan su actividad, en lo que ellos llaman el "acompañamiento de los procesos", ya sea sindical o también de los indígenas, o de los migrantes. Éstos son los actuales campos de su predilección, aunque no los únicos. Una de las solicitudes del Secretario General del SME, Martín Esparza Flores, a los obispos presentes en su auditorio, fue que "le gestionaran un encuentro con el Nuncio Apostólico en México, Monseñor Christophe Pierre, a fin de que éste interceda para que los integrantes del sindicato, tengan una audiencia con el Papa Benedicto XVI, o en su defecto, con algún cardenal del Vaticano "ocupado de las luchas sociales", a fin de exponerle la situación que viven luego del decreto de extinción". Posteriormente, los obispos exhortaron a los electricistas del sindicato a "mantener la unidad" y Don Raúl Vera atizó: "Nunca vayan a aceptar dinero, no se vendan, porque no sólo sería traicionar al movimiento, al SME, sino a toda la nación". Este par de obispos que opinan de cosas que no conocen, o quizá conozcan de sobra, pero que por su posición ideologizada y disidente, al manifestarse públicamente hacen daño a muchos y desorientan a más personas. Esta vez, al pretender involucrar al Papa, a algún Cardenal o al mismo Nuncio, recibieron una réplica pública del Nuncio Apostólico, Monseñor Christophe Pierre. En su visita pastoral a la diócesis de Tlaxcala el 15 de noviembre, respondió a preguntas de los reporteros, haciendo un llamado a los Obispos católicos de México a ser cautelosos con el SME. Advirtió que, "a la jerarquía de la Iglesia no le corresponde intervenir en asuntos sindicales, que deben ser resueltos por las autoridades correspondientes. La Iglesia debe respetar mecanismos de la sociedad. La Iglesia tiene que jugar su papel dentro de la sociedad, pero la Iglesia no va a sustituir a un sindicato". Todo esto en referencia a los dichos y llamados de los obispos Samuel Ruiz García y Raúl Vera López, en su actuación en la mencionada sede sindical. El representante de la Santa Sede también pidió a los sindicalistas "respetar las imágenes religiosas", en clara alusión al líder del SME, Martín Esparza, quien en una marcha uso un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe. No es la primera vez, ni será la última, en que estos dos obispos sean conminados a comportarse de acuerdo al carácter de su naturaleza de Pastores, que se ha desdibujado desde hace tiempo. Anteriormente se han hecho indicaciones privadas y públicas a Monseñor Ruiz, en relación al desgraciado estado en el que dejó a la diócesis de San Cristóbal de las Casas, para justificar su fracaso pastoral; también por inventar una supuesta "iglesia autóctona" que él dice, "ordenó el Concilio Vaticano II", y promover una "teología india" que se deriva de una supuesta "teología de la liberación", oportunamente desautorizada por documentos específicos de la "Congregación de la Doctrina de la Fe". Éstas también valen para el que fuera su auxiliar Monseñor Vera, que ya por su cuenta en Saltillo, ha creado confusiones mayúsculas al abordar temas sexuales y de migrantes. Afortunadamente, las cosas quedaron claras, no pudieron sorprender al Nuncio Pierre, como pretendían, lo que sirvió para recordar que desde hace varios lustros, el Nuncio Prigione, había marcado que se trata de "voces aisladas", que contrastan con los demás miembros de la Conferencia Episcopal Mexicana.
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