Por: Gerardo Enrique Garibay Camarena diciembre / 2009 "La constante repetición de la letanía (pseudo ecologista)… provoca que gastemos recursos en resolver problemas inexistentes en lugar de atender los verdaderos", Bojrn Lomborg-ecologista. ¡Ya viene el fin del mundo! ¡Estamos acabando con la tierra! ¡El calentamiento global nos destruirá! Seguramente todos hemos escuchado esta "letanía", como la llama Bjorn Lomborg; la repiten con sadomasoquista placer las estrellas de Hollywood, los políticos, los ecologistas, los promotores de la nueva era y los científicos. De hecho, la teoría de que el calentamiento global es provocado por los seres humanos se nos presenta como un hecho comprobado… la buena noticia es que no necesariamente lo es. Aunque resulta incontrovertible el hecho de que el planeta se está calentando, este fenómeno no se debe necesariamente a nuestra acción sobre el medio ambiente, pues existen muchas otras explicaciones posibles y plausibles, incluyendo ciclos naturales y el incremento en la actividad solar. Entonces, ¿por qué tanto pánico con el clima? La respuesta es simple: el negocio. Durante las últimas décadas ha surgido toda una raza de corifeos del Armagedón ambiental, que con un celo semejante al de Jeremías, proclaman que los humanos estamos "matando" a la madre naturaleza y por tanto debemos tomar medidas drásticas –y multimillonarias¬– para evitar la catástrofe. Aún así ¬–advierten¬– después de haber invertido durante casi un siglo alrededor de 35 trillones de dólares, lo más que lograremos será retrasar esos efectos durante seis años. Es decir, la misma familia de tiernos conejitos que, sin el Protocolo de Kioto se ahogaría en el año 2100, lo hará ahora en 2106. Peor aún, ésta no es la primera vez que nos venden el mismo cuento chino. Ya en los años 70 los científicos, con idéntico aire apocalíptico, habían dado la voz de alerta sobre un dramático cambio en el clima de la tierra que generaría consecuencias catastróficas para hombres y bestias. La única diferencia es que en aquel momento el petate del muerto fue el "enfriamiento global". Al Gore, Leonardo DiCaprio, Greenpeace y todos esos apóstoles de la industria verde están haciéndose multimillonarios vendiéndole las "pesadillas del coco" al mundo occidental y por ello están dispuestos a todo con tal de mantener su mito del "calentamiento global provocado por el hombre" como la única teoría aceptada. Para muestra basta un botón. El pasado 20 de noviembre se dio a conocer el contenido de miles de correos electrónicos escritos por miembros del Centro de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido. En estos documentos se detallan los planes de un boicot organizado por los defensores del mito del cambio climático en contra de las publicaciones científicas que presenten investigaciones de los investigadores disidentes, para después criticar a estos mismos por no tener artículos publicados. Además, los pseudo científicos de esta universidad intercambiaron "tips" sobre cómo inventarse datos para inflar sus propias investigaciones y dar sustento así al mito de que el cambio climático es provocado por los seres humanos, para lo cual también decidieron bloquear del reporte de Naciones Unidas cualquier evidencia que afecte su teoría. A pesar de la gravedad de estos escandalosos descubrimientos, que ponen en duda todo el andamiaje académico que sustenta la paranoia ecologista, los grandes medios de comunicación han guardado silencio, pues el negocio del Armagedón es muy bueno como para dejarlo ir. Esto no significa que debamos explotar irresponsablemente el planeta o que ignoremos la amenaza que representa la destrucción del entorno ecológico, pero sí que no debemos aceptar a pie juntillas todos los argumentos del lobby "verde", aunque los expongan estrellas de Hollywood. Como bien señala Bjorn Lomborg, ocuparnos de problemas ficticios nos distrae de los reales. Todavía hay mucha gente que vive en la marginación y la pobreza, de modo que, antes de luchar por los derechos de los tiernos conejitos, el gran reto es seguir aprovechando el medio ambiente en forma sustentable para generar riqueza y oportunidades de desarrollo para las personas en el mundo entero. Mientras tanto, los pregoneros del "ecodesastre" seguirán anunciando el fin del mundo, porque es lo único que saben hacer y porque, como ya lo han comprobado, el Apocalipsis vende bien. «Por mi patria hablará la razón de la justicia» |
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