Por: Antero Duks Julio / 2009 Para muchos matrimonios el tema de las finanzas es el mayor detonante para sus problemas. No son las mentiras, ni los celos, ni la mamá de él o de ella. ¡No! Lo que causa más líos en los matrimonios es el dinero. Muchas parejas administran tan mal sus entradas y salidas de dinero que a duras penas se puede decir que eso sea administrar. Lo más usual es que tengan una cuenta corriente y una cuenta de ahorros común, sin preocuparse de mucho más. En esas parejas poco organizadas con sus finanzas, los sueldos de los dos generalmente van a parar a la cuenta corriente, y muy de cuando en cuando le dejan caer algo a la cuenta de ahorros. Entonces, según llegan las cuentas, van haciendo cheques... sin tener muy clara idea de a cuánto asciende el monto de sus gastos mensuales fijos. Por lo tanto, ¡cada fin de mes se llevan la sorpresa de ver que no les alcanza el dinero! Y como, en lugar de tener sus comprobantes de pagos debidamente archivados, los tienen amontonados en el fondo de una gaveta, cuando se les presenta alguna reclamación nunca encuentran los recibos que necesitan. Cada vez que estas situaciones se presentan, sobrevienen las peleas. Cada cual quiere quitarse de encima sus responsabilidades y pasárselas a su pareja: "¡mira cómo gastas!", "¡tú piensas que somos ricos!", son algunas de las frases, en tono alto, que se oyen en esos días. Sin embargo, no se dan cuenta de que ambos —haya sido de quién haya sido el error que se discuta en un momento dado— son igualmente responsables por la falta de organización, por el descuido con las finanzas y por no entender que ellos forman una unidad económica. Para evitar estos problemas, sin embargo, basta con seguir unas pocas reglas generales: » Sean comunicativos ambos con su media naranja, y no tengan miedo de discutir, cuando llegue el momento de hacerlo. No hay razón alguna para silenciar la comunicación entre los dos cuando se trata de dinero. ¡Al contrario! » Sean flexibles. Ningún programa rígido e invariable funcionará bien indefinidamente. » Tengan preparado un plan de gastos. Cada uno debe tener el suyo, expresarlo y discutirlo con su pareja. Es cierto que pueden sobrevivir arreglándoselas unos meses mejor y otros peor, pero esto no es lo ideal. » Lo primero es sentarse a hablar de la situación monetaria. » ¿Cuánto tienen juntos, incluyendo salarios y otros ingresos? ¿Cuánto deben? ¿Cuáles son los gastos que esperan tener? ¿Están gastando demasiado? ¿Qué sacrificios deben hacer o, acaso, se pueden dar algunos pequeños lujos? » Expongan claramente sus respectivos planes y metas en lo que concierne al dinero. ¿Aspiran ustedes a comprar casa dentro de unos años? Si quieren tener el pago inicial listo cuando llegue el momento, AHORA es cuando deben empezar a ahorrar para eso. » Hagan un presupuesto. Relacionen sus gastos incluyendo el alquiler, pagos del auto, alimentos, ¡en fin, todo! Decidan quién va a pagar cada cosa. Si uno de los dos gana más, será el responsable de pagar más cosas, naturalmente. Algunas parejas prefieren unir sus ingresos y pagarlo todo de ese total, repartiéndose lo que sobre a la mitad. Esta es la fórmula más corriente y la mejor. » Aparten una cantidad específica cada mes para ahorrar. El 5 % de lo ganado es lo mínimo que se debe ahorrar; más es mejor, sobre todo si se está pensando en una inversión futura, como una casa. Lo que sobre después de los gastos, debe ser controlado. » Es una buena idea para cada parte tener una asignación mensual de la que no se tenga que dar cuenta al otro. » Tengan las cuentas en orden. Estén seguros de guardar datos de sus gastos, recibos cargados a las tarjetas de créditos, cuentas, etc. Mantengan los comprobantes de las compras separadamente. » Protejan a su familia. Tengan buenas pólizas de seguro, por ejemplo. ¿Cuál es la mejor? Si uno de los dos tiene una en su trabajo, que el cónyuge vea está comprendido(a) en ella o si puede incluirse pagando solo un poco más, y también viceversa. No se excedan al comprar seguros, pero tengan suficiente, por si uno de los dos falla. Tengan asegurada la protección de sus hijos y la casa si uno de los dos muere. Y hagan testamento. Todo el mundo debe hacerlo, aunque no sea algo agradable pensar en ello. » Obtengan ayuda profesional. No hagan transacciones de dinero importantes sin los servicios de un abogado. Pero nunca dejen de tener presente que la base del capital es el ahorro, y como decía doña Emma: "cuida los centavos que los pesos se cuidan solos". "Envejecer es el unico medio de vivir más tiempo" |
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